Cierto día llego al hospital un
paciente para ver al especialista de enfermedades raras.
El médico prescribió un tratamiento muy complejo, pero si se llevaba acabo el enfermo sanaría.
El médico prescribió un tratamiento muy complejo, pero si se llevaba acabo el enfermo sanaría.
El doctor le advirtió que todos los meses tenía
que ir a la consulta. El paciente salió contento, ya que sabía que
con ese tratamiento se salvaría.
El paciente no escucho bien las
declaraciones y advertencia del medico, así que no fue a la
consulta, al cavo de tres meses el paciente murió.
El médico anotó
en su historial clínico el siguiente epitafio: Como el paciente no
hizo caso de las advertencias de asistir a la consulta, el paciente
había interrumpido la curación sanadora por su propia elección, el
medico no era responsable de su muerte.
Dios hizo con el hombre un
“pacto” y en muchas ocasiones este pacto se rompió. Dios
escribió sus leyes en tablas de piedra (Deut. 4:14) y en un libro
(cap.31:24, 26).
Dios tenía el propósito de que esas leyes
estuvieran escritas en los corazones de los hombres;Pero el hombre los considero como un código externo y su observancia como un asunto de cumplimiento también externo. El hombre se ha separado del gran Médico, y que nunca recetara un remedio que perjudique al hombre.
Los
llamados cristianos, bajo el termino del nuevo pacto, se transforma
en los corazones y en la mente de las personas (Romanos 12:12; 2º
Corintios 5:17).
Dios quiere ocuparse de su pueblo, si este lo deja;
y este pueblo lo compone todos aquellos que aceptan sus mandamientos
que están en vigor.
Pero el problema es que los pacientes”nosotros”
abandonamos al gran Medico. Y nos retiramos de nuestra relación
personal con Cristo, y decaemos en una gran depresión espiritual.
El
Medico no tiene culpa de nuestro estado emocional ni de nuestra
pecaminosidad. Los hombres y mujeres proceden correctamente no por su
propia fuerza sino porque Cristo mora en el corazón y manifiesta su
vida en el creyente (Gal.2:20).
Esto son nacidos del Espíritu y
produce los frutos del espíritu Santo, porque no han abandonado al
medico. El nuevo pacto, no es un nuevo sistema de salvación. Es una renovada súplica de Dios de volver a la unión vitalizadora con El.
El poder divino es lo único que puede efectuar el cambio. Dios puede
“poner” su ley en el corazón de sus hijos, pero, por su puesto,
no sin el consentimiento de la persona y de cooperación (Apoc.
22:17).
El propósito de Dios es renovar nuestro carácter y ser
hijos y hijas de Dios viviente.
MARANATA.
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tiempo y del espacio
NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Estimados lectores
de este blog. Hace tiempo que parezco de un problema de salud, que
abecés me impide desarrollar este ministerio. En otras ocasiones les
pedí que orase por mi, y sus oraciones fueron contestadas, pues
recupere la salud. Hoy les insto a que oren por mi, para que me
recupere de esta dolencia que arrastro barios meses. Se que vuestras
oraciones llegaran al trono de la gracia y si es la voluntad de Dios
me pondré bien. Las oraciones del justo llegan al trono de la
gracia. El Señor nos dice: Orar los unos por los otros para que
Vuestro Padre sea glorificado. Que Dios os bendiga y que su paz sea
sobre ustedes. Sal. 62: 7
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