jueves, 28 de marzo de 2019

EL ESPÍRITU LLAMA.

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenare con él, y él conmigo. . . El que tiene oído lo que el Espíritu dice a la iglesia. Apoc. 3:20-22
Mientras los cristianos del tipo de Filadelfia han entrado por la puerta y disfrutan de un maravilloso compañerismo con Dios, los Laodicenses han cerrado la puerta y permanecen encerrados en su tibia autosatisfacción. 

Es triste decir esto, pero la realidad se ve ala vista. En la gran mayoría se nota esta tibieza. ¿Que es lo que cierra la puerta del corazón humano? 

Podemos nombrar muchas cosas, porque la tibieza vienen por la satisfacción de que somos salvos, y no tenemos necesidad de nada. 

Otras veces se cierra por el pecado deliberado y consentido. Otras veces porque las pruebas son muy pesadas. A veces por la falta de fe, o por una enfermedad en la cual no hay esperanza. 

Otras veces la puerta se cierra por depender de las obras para obtener la salvación, y como resultado trae entumecimiento y una sensación engañosa de bienestar espiritual. 

Los cristianos laodicenses andan a la deriva a ser olvidados espiritualmente por los demás, y debido a su tibieza de los demás laodicenses. 

Las cosas del mundo les atrae, y no son conscientes de su situación, y se van alejando poco apoco.

Sólo el poder del Espíritu Santo puede abrir la puerta del corazón y nosotros tenemos que invitarle, para que more en nosotros. Cuando la verdad penetra en el corazón de la persona, se ve la luz y el resplandor del amanecer. 

Y Jesús vuelve a entra en el corazón de la persona/s de los laodicenses. Es muy difícil pero no imposible, apartarse del espíritu laodicense, esta cómodo. 

Domina muchas vidas en iglesia, es como un super-pegamento que impide todo cambio. El Señor llama a la puerta del corazón, deseando entrar para poder impartir riqueza espiritual a nuestras almas. 

Anhela ungir los ojos ciegos para que disciernas el santo carácter de Dios en su ley y entiendas el amor de Cristo que ciertamente es el oro refinado en fuego (RH.25-2-1890). 

 “La gente está demasiado satisfecha consigo mismo/a, y hay un ambiente de muerte que huele a parálisis espiritual. 

El mensaje a Laodicea se le aplica a ellos; mientras se felicitan a sí mismos por su conocimiento de la verdad, están desprovistos del verdadero amor y fe” R. and Herald, 28/8/ 1884). 

A través del reavivamiento del Espíritu Santo, el fuego puede reavivarse en el corazón del hombre y mujeres laodicenses. 

El ministerio de las oraciones fervientes, de la edificación de los grupos pequeños, ara como consecuencia un reavivamiento espiritual en la iglesia. “Amen”.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Estimados lectores de este blog. Hace tiempo que parezco de un problema de salud, que abecés me impide desarrollar este ministerio. En otras ocasiones les pedí que orase por mi, y sus oraciones fueron contestadas, pues recupere la salud. Hoy les insto a que oren por mi, para que me recupere de esta dolencia que arrastro barios meses. Se que vuestras oraciones llegaran al trono de la gracia y si es la voluntad de Dios me pondré bien. Las oraciones del justo llegan al trono de la gracia. El Señor nos dice: Orar los unos por los otros para que Vuestro Padre sea glorificado. Que Dios os bendiga y que su paz sea sobre ustedes. Sal. 62: 7

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