miércoles, 6 de marzo de 2019

EL CONOCIMIENTO DE CRISTO.

Ciertamente, aun estimo las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, parea ganar a Cristo. Filipenses 3:8.

Pablo dice que estimaba como pérdida todas las cosas mencionadas en los versos anteriores; pero en este verso va más allá al declarar que estima todas las cosas como pérdida. 

Estaba dispuesto a renunciar no sólo a las cosas que había especificado sino a todo lo que pudiera imaginar. Si toda la riqueza y el honor concebibles hubiesen sido suyos, gozosamente renunciaría a ello para poder conocer a Cristo. 

Otro detalle que vemos de Pablo es: “por causa de”, “por razón de”, “a causa de”, Todas las demás cosas le parece insignificante debido al sobresaliente valor de conocer personalmente a Cristo. 

Pablo reconoce que un conocimiento personal de Cristo sobrepuja el valor de todas las cosas adquiridas.Hay una declaración de Pablo que debería ser meditada en todo cristiano. El dice: “Cristo Jesús, mi Señor” Nos esta mostrando algo que el cristiano debe o debemos hacer. 

Es tener una intima comunión con el Señor. Está comunión diaria junta con el estudio, prepara el camino para la eternidad. 

Todos dependemos de Cristo, pero si no lo conocemos ¿como vamos a ter una experiencia que nos sirva para la eternidad sino lo conocemos? 

Todo lo que poseamos en la tierra, sera basura, sino glorifica a Dios. Pablo ponía como basura todo aquellas ganancias, si con ello no glorificaba a Dios. 

Hoy hay hombres y mujeres, que ponen en primer lugar las ganancias de este mundo. 

Y a Dios lo deja en un rinconcito, de nuestro corazón, para usarlo en momentos de emergencia. Pablo fue honesto, y el cristiano de hoy día tiene que ser lo mismo, si quiere ver a Cristo en las nubes. 

Si Pablo descubrió la misma esencia del cristianismo que era mucho más valioso: que la esencia misma del cristiano que no se centra en la obra del hombre sino la unión con Cristo.

Y aun más descubrió que la religión cuya premisa son los esfuerzos del hombre para impresionar o apaciguar a Dios, para hacerlo cambiar su actitud hacia el hombre debe ser arrojada a la basura. 

Cuando conocemos a Cristo, el Espíritu Santo nos da la sabiduría para comprender que Dios está en favor del hombre ; 

¡que la religión es el empeño de Jesús para que el hombre cambie su actitud para con Dios! 

Esta relación de amante confianza con nuestro Creador -a la que Pablo llama “fe” -es ella misma la condición legitima del hombre. Esto es “Justificación por la fe”, infinitamente preferible a la supuesta justicia de las obras humanas. (Filip.4:4). 
MARANATA.
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