VIVIR O MORIR EN LA IGLESIA

El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha;las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.Juan 6:63

No todos responde al llamado de Dios que se hace a través de los siervos de Dios. Pero que es el derramamiento del Espíritu Santo o estar llenos del Espíritu Santo. Tenemos una experiencia del pastor A. J. G. 

El lucho en Boston por la falta de vida espiritual de su iglesia. El estaba frustrado, como lo estamos nosotros hoy día en nuestras iglesias. “El llegaba muy frustrado de su trabajo yendo de puesta en puesta, de casa en casa. 

Exponiendo la palabra a los oyentes para que se arrepintiese y confesara a Cristo como su salvador. Se dedicaba más intensamente en sus sermones y poner mas agudeza en sus frases, aplicaba mas esmeros a la presentación de su sermón. 

Pero todo era inútil y venia el chasco ya que pocos eran conmovidos por sus palabras. 

Y si alguno era conmovido por tanto esfuerzos y trabajo, no estaba convertido. 

También Era tiempo de poner más atención a las reuniones de Oración. 

Al día  siguiente desde su púlpito sus palabras fueron más agudo que el aguijón. ¡Ay , la asistencia no aumentaba, 

 y en vez de espontaneidad en la oración y el testimonio hay un silencio tan rotundo que rasgaba el aire. Como siempre ocurre la junta de la iglesia imponía su ley. 

Pero Dios tenía ya trazado el plan para este hombre de Dios, como lo tiene para muchos hijos de Dios. En el medio de tantos problemas el Pastor G. G. miro a través de su ventana donde él tenia su estudio observo los autobús que eran conducidos a través de los cables eléctricos. 

En ese momento comprendió que podía conectarse al poder del Espíritu Sant como su e de vida espiritual. Ahora en vez de usar el Espíritu Santo para convencer a las personas, se rindió al Espíritu Santo para que lo usara a él. 

Los resultados fueron extraordinarios, no sólo su iglesia se lleno en Boston sino en todo su ministerio. 

Llevo muchas almas a los pies de Jesús. Muchos hombres mujeres intenta usar el Espíritu Santo para sus propósitos, para apartarse de sus males. 

Pero debe ser el Espíritu Santo que nos use a nosotros. 

Creo firmemente que tenemos un Dios que nunca deja de amarnos, y es paciente para con nosotros. 

Padre, reconozco hoy que no hay vida en mis obras más celosas a menos que estén conectadas al Espíritu Santo. 

Señor, haz que mi vida fluya con las palabras que son Espíritu y Verdad de modo que otros puedan ser tocas por tu Espíritu y sean renovados y vigorizados.

MARANATA

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