domingo, 8 de abril de 2018

EL AMIGO GRUÑON.


¿Quien de vosotros que tenga un amigo. . .Porque un amigo mío ha venido a mi de viaje. . . No me molestes ; la puesta esta cerrada. . Lucas. 11:5-12
Muchos de vosotros, desearía ser llenados del Espíritu Santo y experimentar en los más intimo de su ser un deseo profundo, y ferviente por el maravilloso don de Dios. 

Jesús en su inmenso amor insistió vehementemente y insistentemente que pidamos el Espíritu Santo que viniese por la gran necesidad que tiene el hombre. Y lo ilustra con una parábola que busca pan de su amigo (Luc. 11:5-13). 

El testo nos esta diciendo que el hombre fue a buscar pan para su amigo. Por nosotros mismos no podemos hacer nada (Jun 15:5), y nos impulsa a ir a la gran Fuente de alimento espiritual (Jun. 6:27-58). No olvidemos que el agua viva del manantial es Cristo, pero también es el pan de vida. 

El hombre fue importuno “fue persistente” “En la fe genuina hay un bienestar, una firmeza de principios y una invariabilidad de propósito que ni el tiempo ni las pruebas pueden debilitar” (PVGM 113). 

La oración no consiste tanto en persuadir a Dios a que acepte nuestra voluntad en cuanto a algo, sino en descubrir cuál es su voluntad al respecto. 

El propósito de la oración no es lograr un cambio en Dios, sino producir un cambio en nosotros para que anhelemos tanto “el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Fil.2:13). 

Dios enviará una respuesta a cada petición que se haga con humildad y fe el que pide con sinceridad. Después de este proceso debemos ser canales para llevar agua de vida hacia los de más. 

Dios da el Espíritu Santo sin medida, para que otros beban del manantial de vida.”Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; y arroyos que rebosa, la fuente de la sabiduría” (Prv. 18:4) 

Aquellos que son llenos del Espíritu Santo hablan entre sí con salmos, himnos y canciones espirituales (Efe. 5:18-19) Hablan con palabras de esperanza y gozo que capta la atención de las personas y que son parte de Cristo. (1º Cor.14:26). 

El ministerio que Dios nos da es con el propósito de enseñar palabras de vida. Estos ríos que fluyen a través de nosotros, pueda llevar sanidad, y libertad a muchas almas que son esclavos del pecado.Por supuesto, la lección central de esta parábola es: 

La perseverancia en la oración. La parábola nos presenta la clase de pedido en las cuales el Señor aconseja perseverancia: Pedir por nuestro prójimo, y pedir el cumplimiento del derramamiento del Espíritu Santo en nosotros. 
MARANATA.
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