Porque éstos no están
borrachos, como vosotros pensáis, siendo la hora tercia, (las nueve
de la mañana). Hechos 2:15.
A lo largo de la historia del hombre cuando Dios se a manifestado por medio de los hombres y mujeres siempre ha surgido los incrédulos, y estos siempre tienen una escusa para causar la duda en las personas que oyen el mensaje.
En tiempos de Pablo, cuando fue derramado el Espíritu Santo, personas devotas empezaron a profetizar, o dar el mensaje de la salvación en Cristo resucitado.
Pablo recordó a la multitud, que era las nueve de la mañana y que era irrazonable que esa multitud estuvieran influenciadas por el alcohol.
La realidad era otra, estas personas comprometidas en la obra del Señor, fueron llenas del Espíritu Santo, un poder desconocido en aquella época y que sacudió todo el imperio romano. El profeta Joel predijo el derramamiento del Espíritu de Elias.
Pedro les explico las profecías que estaban determinadas en ese tiempo.
Muchos de sus oyentes creían que el libro de Joel es el libro profético mas antigua de la Biblia. Ya que llama al arrepentimiento del pueblo de Israel.(Joel 2:28-32).
Recordemos que la expectativa del derramamiento del Espíritu Santo era firme entre la gente piadosa. ¿Que pasa con el pueblo de Israel espiritual?
“El descenso del Espíritu Santo sobre la iglesia es esperado como si se tratara de un asunto del futuro; pero es privilegio de la iglesia tenerlo ahora mismo.
Buscarlo, ahora y orad por él, creed en él. Debemos tenerlo y el cielo está esperando concederlo” “En este mismo momento su Espíritu y su gracia son para todos los que los necesite y quieran aceptar su palabra al pie de la letra”. (8 T. p. 20).
Yo me hecho muchas preguntas. ¿Por qué no desciende la lluvia tardía? Debemos creer en las promesas de Dios. Todos porque estas son para nosotros.
“Esta promesa es reclamada por fe, y trae todas las demás en su estela. Se da según las riquezas de la gracia de Cristo, y él está listo para proporcionar a toda alma según su capacidad para recibirla (DT. p. 626).
Está en nosotros el desearlo, pero si miramos mas a las cosas del mundo nunca lo obtendremos. Con toda humildad y yo me incluyo, oremos por el derramamiento del Espíritu Santo. Para que podamos revelar al mundo la gran verdad, de que Cristo esta a las puertas.
MARANATA.
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