lunes, 30 de abril de 2018

LA LLUVIA TARDÍA .


Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. Hechos. 2:18.
El pasaje que se cita corresponde a Joel 2:29. 

El Espíritu no esta reservado para los nobles ni para los poderosos, sino para la mujeres y hombre humildes de la sociedad. (ver Joel 2:28). 

Pedro parece hacer en este contexto hace una aplicación más amplia de estas palabras. En el verso 17 nos habla “vuestros hijos”, vuestras hijas”, vuestros jóvenes”,y vuestros ancianos”.  

Pedro hace otro cambio muy sutil del texto AT, y dice: “y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas”. Y añade el texto del NT. Pedro sostiene que el derramamiento del Espíritu Santo era el cumplimiento de la profecía de Joel. 

Esa era la lluvia temprana, la lluvia tardía se derramara antes de la venida de Jesús. 

Pero para que esto sea una realidad en la vida del creyente tiene que a ver un cambio muy profundo dentro de nosotros. 

El sol y la luna ya se han oscurecido, ya no hay más eventos, sólo queda la lluvia tardía o el derramamiento del Espíritu Santo.  Pero para que esto sea una realidad en la iglesia, los ancianos y pastores tienen que cambiar su chip, y por ende la iglesia cambiara al mismo tiempo. 

Menos cultos suaves, menos reuniones inútiles. Hay que hablar como hablaron Lutero, Muller, Calvino, y un gran ezetera. 

La profecías de Daniel y el Apocalipsis, son para darlos ahora en nuestro tiempo. 

Como se levantaron los imperios y como cayeron. Como se levanto Ropa papal y como cayo. 

Dios da palabras proféticas para su pueblo. Tocad trompeta en Sión, pregonar ayuno, llamad a congregación. 

Reunir al pueblo, santificar la reunión, juntar a los viejos, congregar a los niños y a los que maman; salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia. 
Entre la entrada y el altar, lloren los pastores y ancianos y diáconos. 

Y digan:Perdona, oh Jehová. Esto ser tiene que hacer, humillemos nos ante el gran Dios. 

Y la lluvia tardía sera derramada. Pero lo triste es el mensaje que nos envía Dios, dice Jesús, el Testigo fiel-, y ni caliente ni frio, estoy a punto de vomitarte de mi boca.

Está es la gran advertencia. ¿Queremos recibir el Espíritu Santo? “La oración exige mayor eficiencia y consagración más profunda. Tenemos que clama a Dios para que derrame el Espíritu Santo. 

Los que perseveren en su indiferencia, y no reciban la amonestación de Cristo serán “vomitados”, despedidos del cuerpo de Cristo en el tiempo del zarandeo. (P. p. la Crisis final p.60.) 
MARANATA
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