viernes, 20 de octubre de 2017

¿DEBEMOS OBEDECER AL ESPÍRITU SANTO?


Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarias hijo del sacerdote Joiada; puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo, les Dijo: Así ha dicho Dios:¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No os vendrá bien por ello; porque por haber dejado a Jehová, él también os dejará. 2 Crón.24:20.
En el tiempo del fin, Dios mando su último profeta, para avisar al pueblo de Dios de las abominaciones que se hacen en medio del pueblo. 

Zacarias era el hijo de Joiada, y Dios lo bendijo can la más bonitas de las bendiciones y la más pesada por su responsabilidad. En su bondad el Señor no puede permitir que su pueblo se desvié en el último memento del tiempo de su redención. 

Se envió profeta para que fueran claros los resultados que vendría a su pueblo continuaba obedeciendo al Señor. Zacarias se situó en un ligar alto, para que su voz fuera certera y clara. 

La pregunta es clave para ese pueblo, y clara para hoy nuestro pueblo. ¿Por qué trasgredimos la ley cuando la transgresión provoca la ruina. (Eze. 18:31). Hay una falta de fortaleza cristiana y no se sirve a Dios por principios. 

No debemos procurar agradar al yo, sino honra y glorificar a Dios, y en todo lo que hagamos y digamos procurar sinceramente su gloria. 

Si permitimos que impresionen nuestro corazones las siguientes frases importantes, y la recordamos siempre, no caeremos fácilmente en la tentación, y nuestras palabras serán pocas y bien escogidas: 
“Mas él herido fue por nuestra rebeliones, molido por nuestros pecados de nuestra faz fue sobre él, y por su llagas fuimos nosotros curados.” 

“De toda palabra ociosa que hablare los hombres, de ella dará cuenta en el día del juicio.” “Tú eres el Dios que ve.” “El pueblo de Israel se volvió a Dios misericordioso”. 

Muchos que profesamos seguir a Cristo y dicen de Cristo que aguarda su pronta venida, no saben lo que es sufrir por Cristo. 

Nuestros corazones no están subyugados por la gracia, y no hemos muerto al yo, como a menudo lo demuestran de diversas maneras. 

Al mismo tiempo hablan de tener pruebas. Pero la causa principal de sus pruebas se hallan en su corazón que no ha sido subyugado, que sensibiliza tanto al yo que se rita con frecuencia. 

Los tales pudieran comprender lo que es ser un humilde seguidor de Cristo, y un verdadero cristiano, comenzarían a trabajar a conciencia y correctamente. 

Primero morirían al yo, luego serían fervientes en la oración, y dominaría todas las pasiones del corazón. Renunciaríamos a nuestra confianza propia y a nuestra insuficiencia propia, seamos manso y humilde delante de nuestro Dios. 

El pueblo de Israel fracaso en estos principios, no le sigamos a ellos. (Basado en PE.p.112-113). Amen.
Maranata:
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