Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como día; lo mismo te son las tinieblas que la luz. Sal. 139:11-12. (verificar este tema)
Cuenta cierto psicólogo que le vino un paciente femenino, esta mujer tenia un gran problema y le dijo al doctor: Tengo temores muy íntimos. “Temo a mi sombra.
La temo más que todo en el mundo y sobretodo por la noche cuando todo se vuelve tinieblas”. Hay personas que caminan por el valle de la sombras y de muerte y no temen mal alguno. Sólo cuando se apoya en la fuerza del Dios grande y misericordiosos.
El pastor Williams nos dice lo siguiente: Escuche a Sondra Brewer contar su experiencia durante una hora dió su testimonio en un seminario sobre la importancia de la oración y el Espíritu Santo.
El dice, detecté una nota de temor y cansancio en su voz. “Hace una semana otro prisionero fue ejecutado en San Quintín -Explicó tristemente-.
Mi hijo le suministraron algo, y yo había hablado y orado con él; sin embargo, este caso realmente me ha afectado porque su muerte en la cámara de gas fue un proceso largo y doloroso”.
Dennis ya había estado seis años en el valle de la sombra de los condenados a muerte, y a menudo Sandra tenía que recordarse a ella misma que la oscuridad y la luz son iguales para el Espíritu.
“Durante las últimas noche no he dormido más que media hora”, dijo ella cuando se adelanto para recibir el ungimiento y para que se orarse por ella pidiendo curación.
Tom, Carolyn, Janet, Doris y otros se reunieron en torno de ella y pusieron las manos sobre Sandra mientras orábamos fervientemente y la ungieron con aceite de oliva.
A la mañana siguiente en el seminario, Sandra estaba muy excitada al compartir con el grupo lo que había ocurrido. “Anoche dormi por más de tres horas.
Tuve la seguridad maravillosa de que las tinieblas no me
habían ocultado de Dios y que él me ha dado luz y paz”. Desde entonces el sueño de Sandra ha vuelto completamente a la normalidad y lo mismo ha ocurrido con “otros prisioneros” que ella visitaba” a quienes el Espíritu Santo ministraba a través de Sandra y sus amigos.
El Espíritu Santo transforma la oscuridad de noche largas y solitarias en el brillo resplandecientes del amor de Dios.
Maranata:
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