lunes, 17 de junio de 2019

EL ESPÍRITU NOS ANHELA

¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Santiago. 4:5.
Los celos es el mal de la humanidad. Los celos es el lenguaje del amor. Pero Shakespeare escribió en su gran libro “El mercado de Venecia en ella nos relata los celos de los ojos verdes, y en Otelo lo llamó el monstruo de ojos verdes. 

El filósofo francés Duc de La Rochefoucaul dijo que los celos alimenta las sospechas y que tienen en sí más amor a uno mismo que amor. Cualquier esfuerzo por apaciguar los celos, como a la paranoia, sólo empeora las cosas. 

Entonces, ¿Parece una descripción del Espíritu Santo? Ciertamente no. Entonces, ¿por qué Santiago, en su única referencia al Espíritu Santo, dice, que es celoso? Los celos son diferentes de la envidia. 

Dios mismo se clasifica como “celoso” (Hay más de 13 textos que dan testimonio de que Dios es celosos en el buen sentido de la palabra, Exo.20:5; 34:14; Deut.4:24; 5:9; 6:15; Joel. 2:18; Etc). “La envidia quiere tener lo que otra persona posee. 
Los celos quieren poseer lo que ya tienen”Pablo lo compara con un intenso amor por la iglesia. 

La amistad que los miembros de la iglesia siente por el mundo, apena al “celoso” Espíritu de Dios porque él anhela y busca nuestro afecto indiviso. 

El celo humano es egoísta; el de Dios sencillamente refleja su intenso interés por el bienestar de sus hijos. En este sentido el Espíritu Santo es celoso de tener la completa lealtad del corazón que él vino a ocupar en el momento de la conversión de la persona. 

Cuando los hijos de Dios se enamoran del mundo y de las cosas que hay en el, el Espíritu santo anhela celosamente traerlo de vuelta a su primer amor por Jesús. Cierta persona me contaba que no sentía amor por Dios. 

Me imagino que mi religión se ha convertido en parte de la cultura de mía. Me interesa más el partido de fútbol que la palabra de Dios. ¿Qué puede hacer un Dios celoso con los afectos de este hombre? 

La maravilla del amor de Dios es que él no sólo nos pide que le amemos sino que también nos provee el amor para hacer que esto sea posible. 

Es el Espíritu Santo quien derrama el amor de Dios en cada corazón que le acepte, para que el fruto del amor del Espíritu Santo se manifieste en ese hombre o mujer (Rom. 5:5; Gál. 5:22-23). 

Debido al amor de Dios por sus hijos, continuamente se renueva y magnifica en ellos o en nosotros la gracia para que podamos resistir las tentaciones del mundo. 

Los que sinceramente piden gracia en oración sincera, continuamente crecerán en su carácter cristiano. Dios quiere que estemos llenos del Espíritu Santo cada día para que el hombre pueda ser transformado.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Estimados lectores de este blog. Hace tiempo que parezco de un problema de salud, que abecés me impide desarrollar este ministerio. En otras ocasiones les pedí que orase por mi, y sus oraciones fueron contestadas, pues recupere la salud. Hoy les insto a que oren por mi, para que me recupere de esta dolencia que arrastro barios meses. Se que vuestras oraciones llegaran al trono de la gracia y si es la voluntad de Dios me pondré bien. Las oraciones del justo llegan al trono de la gracia. El Señor nos dice: Orar los unos por los otros para que Vuestro Padre sea glorificado. Que Dios os bendiga y que su paz sea sobre ustedes. Sal. 62: 7

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