miércoles, 15 de mayo de 2019

LA RECONCILIACIÓN CON DIOS.


Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Mat. 5:23-24
Las ofrendas que se hacen a Dios por voluntad propia, son sagradas y no se ha de tomar a la ligera. Con frecuencia prometemos cosas que después no cumplimos. 

El el Antiguo Israel este concepto lo tenían muy claro, se ofrecía una ofrende a Dios, sea esta grande o pequeña, como la viuda que sólo dio lo único que tenía. 

El problema estaba si tu tenías algo pendiente, bien sea con la familia o amigos, incluso con tus hermanos de la iglesia. 

Cristo aclaro este concepto, de que todos somos hermanos, sea creyentes o no. 

En cierta ocasión vi un detalle que me lleno de ternura. Una niña de cinco años estaba jugando con sus amigas, cuando una de ellas le pego. 

La niña ofendida, se dirigió a la otra niña y lepidio perdón y le dijo en que le había ofendido. 

Esta niña se marcho al lado de su madre, sin dar explicación. Media hora después Estaban las dos jugando como si no hubieses pasado nada. 

Fue una lección que no se me olvidara nunca. Una de las grandes verdades de la historia de la salvación es que Dios ha recorrido una distancia muy grande para llevarnos de nuevo al hogar. 

El dador de la vida tuvo que recorer un camino de dolor y lagrimas para reconciliarnos como hijos descarriados de nuestro Padre. El fue el ofendido, Y envio a su Hijo en forma humana para declararnos el amor del Padre, y que la guerra había finalizado, y que las hostilidades que sentíamos hacía El, y percibimos de El, podían ser puestas a un lado. 

Todo creyente puede ver en la cruz, la profundidad del amor divino y la escrupulosidad con la que Dios trató el pecado. A Abraham y más tarde en el Sinaí Dios les presento gráficamente a través del Santuario y la Cruz levantada en el desierto, como iba de morir el Mesías por la raza caída. 

El deseo de Dios acercar la realidades espirituales al pueblo, ya que ellos debían participar en los sacrificios llevados al altar. 

Cuando ellos observaran la sangre inocente derramada a causa de sus pecados, dirigirían sus miradas y su mente hacia el gran acto de reconciliación de Cristo en la cruz. 

Desafortunadamente, muchas gentes no captó, el mensaje de los sacrificios. El Espíritu Santo hizo todo lo posible para hacerles comprender el mensaje. 

Jesús extendió su pensamiento más allá del ritual; El lo llevó a su vida real. 

El dijo, en esencia: “No vengas a celebrar el acto de reconciliación de Dios hasta que el sacrificio de la reconciliación haya tocado tu corazón. Cuando cada uno de nosotros comprendamos el significado de estas palabras, podemos ir al Padre.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Estimados lectores de este blog. Hace tiempo que parezco de un problema de salud, que abecés me impide desarrollar este ministerio. En otras ocasiones les pedí que orase por mi, y sus oraciones fueron contestadas, pues recupere la salud. Hoy les insto a que oren por mi, para que me recupere de esta dolencia que arrastro barios meses. Se que vuestras oraciones llegaran al trono de la gracia y si es la voluntad de Dios me pondré bien. Las oraciones del justo llegan al trono de la gracia. El Señor nos dice: Orar los unos por los otros para que Vuestro Padre sea glorificado. Que Dios os bendiga y que su paz sea sobre ustedes. Sal. 62: 7


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