miércoles, 13 de diciembre de 2017

EL VALLE DE LOS HUESOS.


La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Ezequiel 37:1
Hay muchas interpretaciones en cuanto a esta visión del profeta Ezequiel. Es un acto simbólico que precede la futura unión de Israel con Judá. 

La visión de los huesos tenía el propósito de ilustrar cómo Israel, esparcido y aparentemente sin esperanza, reviviría y sería restaurado. Para otros eruditos son la consecuencia espiritual y su única fuente de verdadero reavivamiento. 

Otra interpretación es, que este símbolo se explica plenamente mediante la restauración de la vida del pueblo de Israel. La manera más natural de aplicarse esta profecía es relacionarla con el plan divino para el resurgimiento del estado Judío. 

Esto no sería finalmente seguro. 
Otra hipótesis que se da en los últimos tiempos, cuando el Israel espiritual sea juntado de los cuatros cabos de la tierra, los muertos en Cristo sean resucitados, está resurrección literal sera con la venida de Cristo, para compartir el nuevo reino. 

No es necesario excluir totalmente estos acontecimientos del simbolismo. 
 
Todo simbolismo tiene el propósito de describir cómo habrán sido los acontecimientos, tanto de este periodo como el del subsiguiente, si los judíos hubieran cooperado con Dios para la realización del plan que el Señor tenía con ellos. 

Pero la incredulidad y la desobediencia desvirtuaron el propósito divino. Debemos examinar los escritos del NT. 
Para saber cómo esos acontecimientos, que deberían haber hallado su cumplimiento literal en el período postexílico, se cumplirán en la era cristiana, en relación con el Israel espiritual (ver. PP.37-38). 

El propósito de esta visión profecía o simbólica, es restaurar la nación o casa de Israel. Cuya condición es la nuestra, estamos muertos en pecados y delitos, dice Pablo (Efe. 2:1). En el verso 12, Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí yo abro vuestros sepulcros. . . 

Esto implica una gran promesa. Esta nueva figura indica una promesa mayor a sus pueblo, el despertar a quienes hubieran descendido en el sepulcro en el pasado en la fe del Mesías, y por ende es para nosotros los que bajamos al sepulcro esperando la segunda resurrección. 

Esta profecía nos se cumplió en el Israel de antaño, pero hallara su cumplimiento en el tiempo del fin. 

Estos eventos describen claramente el tiempo y las circunstancia de la resurrección final (Juan 5:28-29; 1 Tes 4:16-17; Apoc. 20:1-5; etc. 

Esperemos que todos estemos en está nueva resurrección para ver a nuestro Señor. “Ser fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de justicia” (Apoc. 2:1).

[Os pido que oréis por mi, tengo una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga.]
Maranata:
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