domingo, 3 de diciembre de 2017

ASCENDAMOS HACIA ARRIBA


Al que venciera, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi padre en su trono. Apoc. 3:21.
Hace bastantes años se estreno una comedia por TV. Presentaba a una familia de campesinos del sur de los Estados Unido que habían recibido una erencia multimillonaria y se había trasladado a California, concretamente a Beverily Hills, es un barrio elegante de los Angeles, California. 

El humor se desarrollaba a verlos alimentar sus cerdos en una fuente de mármol y vestían ropas de trabajo en el comedor de terciopelo y encajes. 

Era humor basado en el absurdo de ver a personas reubicadas en un palacio, pero que sin embargo conservaban la mentalidad y el estilo campesino. 

Aun que toda la trama era una sátira, sugiere una importante percepción para muchos en la sociedad occidental que se está “moviendo hacia arriba”, que están buscando elevar su estatus en la vida. 

Pero la verdadera nobleza no se basa en lo lo lujoso de la propia residencia, sino en el espíritu y los valores de la mente de la persona. 
Muchos escritores se han burlado de este “trepar”, de la búsqueda de la riquezas y posición, porque normalmente conduce a la codicia y a la explotación. 

Sin embargo, en su verdadera esencia, creo que el moverse hacia arriba era la idea de Dios para nosotros desde el comienzo de las edades. ¡El nos creó para ser amigos del Rey del universo! 

Aun después de la caída, todavía intentan que se amos restaurados una vez más para sentarnos con El en su trono. 

¡Eso sí que es subir! Pero por inscribible que sea el cambio de estatus, hay que dejar muchas cosas por el camino, el orgullos, la intolerancia, etc. Todo aquello que nos impida esta en la cena del cordero. 

La renovación por el Espíritu Santo es la gran obra de Dios en el hombre, nos capacitara para entrar en el palacio, y relacionarnos con los diferentes pueblos del universo. 

El escritor ingles John Ruskin dijo: Sólo avanza en la vida aquel cuyo corazón se vuelve mas tierno, su sangre más cálida, cuyo espíritu entra en la paz viva. 

Y los hombres que tengan esta vida en ellos son los verdaderos señores y reyes de la tierra; ellos y solo ellos poseerán la tierra renovada. 

Quizá deberíamos preguntar por qué tan a menudo tenemos un concepto tan débil de nosotros mismos, cuando Dios tan elevada opinión de nuestro destino y de nuestro valor. 

Un concepto apropiado de nuestro destino tampoco nos conduciría al orgullo o a la arrogancia, pues el orgullo, cuando lo vemos como realmente es, es una pobre compensación, una delgada máscara para una estima propia pequeña. ¡Peo somos hijos del Rey!

[Os pido que oréis por mi, tengo una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga.]
Maranata:
http://degunda venida apocaliptica.blogspot.com
http://Viajes a través del tiempo y espacio.blogspot.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario