lunes, 16 de marzo de 2015

LA SABIDURÍA PROVIENE DE DIOS


¿Y maravillábanse los judíos, diciendo: ¿Como sabe éste letras, no habiendo aprendido? Juan 7:15.

Esta pregunta de los fariseos y saduceos, llevaba implícita la ignorancia de su corazón con respecto a Cristo, no quiere decir que Jesús era inculto, sino que Jesús no poseía una preparación teológica rabínica.

El rabino Gamaliel I fue un fariseo reconocido doctor de la ley y prominente miembro del sanedrín en la mitad del primer siglo. Hechos de los apóstoles  Gamaliel es descrito como fariseo con gran autoridad entre sus contemporáneos. Representante de los liberales en el fariseísmo (la escuela de Hillel era opuesta a la de Shammai). Para todo buen judío era obligatorio ir a la escuela rabinica para tener un conocimiento de la Torah.

En su niñez Jesús asombró a los doctores de la ley con su sabiduría. Todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de su conocimiento de la Torah, las respuesta eran concisa y directas. (Luc. 2:47).

Jesús no obtuvo su conocimiento en forma milagrosa: lo logro con su esfuerzo y con la ayuda de Dios, su madre fue una gran influencia en su niñez. 

Cristo les dijo a los fariseos: Mi doctrina no es mía, sino aquél que me envió.
En el desierto se enfrento con Satanás solo con la Biblia (Biblia hebrea, oh la Torah): “Escrito esta” No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. (Mat. 4:4).

Este principio eterno se aplica a todos los hombre. El estudio diligente de la Biblia siempre produce crecimiento espiritual.
La opiniones humanas, los asertos científicos aun los dogmas religiosos se han de probar con la palabra. Jesús sabía que en ellas encontraríamos el único camino y nuestra única defensa contra el error, bien sea teológico o ideológico.

Cuando los saduceos quisieron enredarlo con preguntas trampas y alternas, les respondía: ¿No erráis por esto, sino por que ignoráis las escrituras (la Torá) y el poder de Dios. (Mat. 12:24). Con frecuencia los hombre se quejan de que es difícil discernir “que es la verdad” en la religión.

Destacan las muchas diferencias que prevalecen entre los cristianos en asuntos de doctrina, y afirman que no pueden decir que tiene la razón. En millares de casos esa respuesta incapacita a la persona para descubrir la verdad y se convierte en una excusa para vivir sin ninguna religión.

Las respuesta de Jesús a los fariseos se resumen en estas palabras: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirían aunque alguno se levantase de los muertos” (Luc. 16:31). Jesús creía que la Palabra (la Torá) Divina era mucho más digna de confianza que los milagros.

Creo firmemente que no hay ningún método más fidedigno y seguro para el estudio de la Palabra que la Escuela Sabática. 

El estudio sistemático es una bendición para el hombre.
Cristo estudiaba las Escrituras para fortalecerse, cuánto más nosotros que estamos expuesto a ser desviados. Creceremos en proporción al alimento que asimilemos de la palabra de Dios.
Maranata
Sigan orando por la vista de mi esposa.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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