sábado, 21 de marzo de 2015

LA FUERZA VITAL DEL HOMBRE.


 
Más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Gén. 2:17.

La desobediencia es una lacra dentro del ser humano, la naturaleza del hombre quiere hacer su voluntad, este bien o este mal, pero cuando es castigado por la desobediencia se siente herido en su propio orgullo y vanidad.

En la tierra el hombre poseía todo fruto de árbol para el, todas la plantas comestibles, podía ir a donde quisiera. Pero había un limite donde el hombre no podía entrar. Era reservado para Dios, Él Señor de los mundos tenia ese derecho. El hombre no tiene derecho a cuestionar los derechos de Dios, nadie ni incluso Satanás. Él es él Dios de todos los mundos creados.
Había una limitación de ese libertad que Dios concedió al hombre. El hombre no debía comer del fruto de un solo árbol, este “árbol llamado de la ciencia del bien y del mal”. 

 Es inútil especular su fruto, l problema no es el fruto, sino la obediencia a la lealtad de Dios.

Creo y es mi opinión, que el fruto en si mismo no era inofensivo. Pero la orden explícita de Dios de abstenerse de comerlo, coloca aparte ese árbol como el objeto de la prueba de lealtad y obediencia del hombre. Como ser oral, el hombre tenía la ley de Dios escrita en su conciencia.

Tenemos el testimonio más directo en la Palabra de Dios de la lealtad. Se encuentra en Mat. 14: 61, 62. Es evidente, el abstenerse de comer del fruto ese árbol no tenia otro propósito sino el de mostrar claramente su lealtad a Dios.

La desobediencia al mandato divino estaba acompañada de un severo castigo de la transgresión: a saber, la muerte. Dios ha bisa al pueblo de Israel: A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge pues la vida, porque vivas tú y tu simiente. Deut. 3:31. Dios quiere que el hombre tome su propia decisión por principios. Dios no coacciona la libertad de conciencia como lo hace el hombre.

Si el hombre acepta la voluntad de Dios confía en él por su propia elección sería independiente de él. Pero la separación de la fuente de vida, inevitablemente sólo podía traer la muerte. 

El castigo y la muerte son los resultados seguros de la libre elección del hombre de dar rienda suelta a la rebelión contra Dios. Jesús nos manda un mensaje: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida”. (Jun 14:6).

Dios no dejo huérfanos a Adan ni a Eva des pues de su caída. El que me ama y guarda mis mandamientos, (el que me sea fiel), y los guarde, aquel es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. (Jun.14:21).

Ser fiel a Dios, y Glorificar a Dios significa hacerlo no sólo en aspecto espiritual sino también en el mental.
La verdadera libertad del hombre es saber elegir con criterio propio el buen camino. 

Si nos equivocamos recae en nuestra propia elección la vida o la muerte. ¡Que privilegio tiene el hombre de poder elegir y el saber vivir de tal manera que podamos mantener la fuerza y la pureza de nuestras facultades!
Con una mente clara y un paso firme enfrentemos hoy al mundo y démosle a conocer al verdadero Dios de la libertad y lo que ha hecho en favor de nos.
Maranata
Sigan orando por la vista de mi esposa.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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