jueves, 5 de marzo de 2015

AFERREMOS NOS A LA PALABRA


Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Juan. 6:63.

Jesús había estado exhortando sus oyentes para que participaran del alimento aún más claramente que un alimento tal espiritual. 

Sus oyentes no habían comprendido hasta entonces ese hecho. Las verdades que Cristo enunció atañe a cosas espirituales, y recibirlas por la fe en el corazón es recibir vida espiritual (cap. 3:16;cf. Cap.17:3). A través de la palabra y de la misma historia tenemos muchos ejemplos.

Juan Wiclef, “el lucero de la Reforma”, al iniciar la primera traducción completa de la Biblia en el idioma del pueblo, puso la bases del gran movimiento protestante. 

Mientra estudiaba tuvo la oportunidad de leer la Palabra en latín. Cuando la leyó, se emocionó al descubrir el plan de la salvación de Dios magníficamente manifestado en la persona de Jesucristo. Mediante su predicación se fueron encendiendo luces por toda las partes en medio del oscuro mundo de aquel entonces, que negaba las Escrituras.

Un incidente de su vida manifestada su determinación de poner la Biblia en el primer lugar. Había enfermado gravemente. 

Sus enemigos se regocijaron e intentaron presionarlos para que se retractara de sus declaraciones y enseñanzas. El reformador enfermo, después de escuchar sus demandas, pidió que lo ayudasen a incorporarse en su cama. Mientras miraba con fijeza a los hombres que esperaban oír su retractación. “les habló con aquella voz firme y robusta que tantas veces les había hecho temblar, y les dijo: “No voy a morir, sino que viviré para denunciar vuestras maquinaciones” (C.S. p.94).

La persona que ama la Palabra, la conoce y pone en práctica sus enseñanzas, tiene una fortaleza indomable. No se puede doblegar el espíritu de un hombre que se alimenta de la Palabra.
Esto ocurrió con el movimiento adventista que surgió debido a que nuestros pioneros se entregaron al estudio de las Escrituras. 

Pero se también que hay cristianos de muchas denominaciones, que son estudiosos de la Palabra, que serán llamados y verán la ley de Dios en todo su esplendor.

Cierto es, que dicho pueblo predica la segunda venida de Dios, y los fundamentos del Santuario, ya que sin esa compresión, muchos no podrán estar ese día de su venida a su lado. Oramos por ello, predicamos por ello, pero al menos que no haya una verdadera conversión muchos no estaremos con Cristo para recibirlo. Yo me encuentro el más necesitado, ¿Y tú? 

La Escritura debería ser nuestra espada y nuestra fe. Creo que si hemos de estar en condiciones de afrontar la crisis venidera, y si hemos de permanecer inconmovibles en medio de la Babilonia de doctrinas erróneas que nos rodea, debemos estar arraigados y fundamentados en el libro de los libros de Dios.
Las aguas se están agitando dentro del pueblo de Dios, ¡Oh jala! nuestro Dios venga pronto.
Maranata
Oren por la vista de mi esposa.
Dedicada a mi esposa Susana.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

No hay comentarios:

Publicar un comentario