sábado, 3 de enero de 2015

UNIDAD EN CRISTO.


Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor que le faltaba, para que no haya desavenencias en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 1 Cor. 12:24-26.

La historia y experiencias del pastor J.R. S. pag. El dice: Durante el primer año de los ocho que pasamos en Singapur como misioneros, nuestra hijita de tres años estaba jugando en el dormitorio con una vecina de más o menos su edad.

Nuestra casa estaba provisto de pesadas puertas madera, y el viento cerro una de ellas apretando los dedos de la compañera de juego de nuestra hija. Los gritos de la niña nos indujeron a acudir corriendo al lugar de donde se encontraban.

El cuadro que vimos, impreso indeleblemente en la memoria, Ocurrió lo siguiente: Con horror observamos que las extremidades del dedito la niña, incluso la uña, estaba en el suelo. . .

Momentos antes, el miembro amputado formaba parte del precioso dedo de la niña. La forma graciosa y el funcionamiento de las manos de los niños son verdaderamente asombrosos. Pero cuando se produce un accidente de esta magnitud, a mano resulta repulsiva.

La belleza desaparece y surge la fealdad. Jamás una parte, de un organismo sano rechaza a otra parte. Por el contrario, todo el cuerpo sufre si una de ellas resulta herida o amputada.

Lo mismo ocurre con Cristo en su cuerpo espiritual, que es la Iglesia. El verso de hoy nos amonesta contra toda clase de división de este cuerpo. El caso que la separación producido por el pecado debe ser contrarrestado. Pero los métodos, sistemas organizaciones humanas no pueden producir unidad.

Los planes y las idease los hombres jamás producirán un miembro a preocuparse por otro. Si la iglesias sufre porque uno de sus miembros está sufriendo, se puede tener la seguridad de que el Espíritu de Cristo reina en su medio.

Permitamos que el Espíritu de Cristo controle nuestra vida de tal manera que la unidad pueda prevalecer en nuestro propios corazones y el cuerpo de la iglesia. ¡Hay tantas cosas que nos separan! ¡Necesitamos construir más puertas y menos cercos; más puertas y menos barricadas!

Cuando Cristo ocupa su trono en el corazón, existe amor por el prójimo. La unidad no es sólo un atributo cristiano, sino la vida misma del miembro en particular y de la iglesia en general.

Muéstreme una iglesia unida, y yo les mostrare miembros que han encontrado paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Maranata
Les agradezco que sigan orando por mi vista.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica
  Jesucristo.

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