jueves, 29 de enero de 2015

EL TESTIMONIO DE LA SANGRE.


Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Apoc. 12:11.

Hay tres cosas que nos pueden capacitar para vencer el mal.
1º Creer en Cristo como nuestro sumo sacerdote y intercesor.
2º Creer en el sacrificio de Cristo. Cuando contemplamos la cruz y discernimos el amor de Dios, y contemplamos su gracia a través de la cruz, amamos a nuestro Salvador, y aborrecemos a nuestro peor enemigo que es Satanás. La cruz nos invita a reflexionar y a consagrarnos plenamente a su obra.

Cristo es el centro de la atracción de nuestra vida, sin él el hombre no puede hacer nada. No saca de las cosas del mundo y nos hace elevar hacia la cruz, y por medio de su gracia infinita nos lleva ha la salvación.

Con su poder transformado crea en el hombre una nueva vida, para la gloria de Dios. El viejo hombre a muerto, no existe, la gracia y la misericordia del Dios infinito, hace del ser humano idóneo para el cielo.

3º El testimonio que dieron los santos, “debido a la sangre” que fue derramada en la cruz. Los santos vencieron a causa de la victoria del calvario. Cuanto más hablamos del amor de Dios, más efecto tendrá en nuestras vidas.

Llegamos a ser vencedores cuando ayudamos a otros a vencer por la sangre del Cordero y la palabra de nuestro testimonio” (S.B.C. t.7. p.974). 

 “El remanente con el carácter de Cristo implantado en su corazón vera el regreso del Salvador en las nubes. 

¿Por qué? Vi que Dios ha sido misericordioso al darnos el don del habla. Nos ha dado lengua, y tenemos que responder ante él por el uso que hacemos de ella.. Deberíamos glorifica a Dios no solamente con la lengua, sino con nuestros actos.

Hermanos y hermanas, despertad, os ruego, del sueño mortal. Es demasiado tarde para dedicar las fuerzas del cerebro, de los huesos y de los músculos al servir yo. No permitáis que el último día os halle privados del tesoro celestial. 

Tratad de fomentar los triunfos de la cruz, de iluminar las almas, de trabajar por la salvación de vuestros semejantes, y vuestra obra soportará la prueba de fuego. (J.t. T.2, P.168).

La solemne hora en que estamos viviendo, nos invita a reflexionar, tenemos que orar para que Dios nos ayude a testificar de su gracia de su perdón y de su venida. Es unas de las cosas más noble que Dios a puesto en el pueblo de Dios.

Yo estoy convencido de que si alguien o yo mismo, le pedimos a Dios ayuda y poder para testificar, El Señor va abrir las ventanas del cielo para derramar su bendición y poder para hacerlo. Mientra mas testifiquemos del Señor Jesús, más fácil resultara hacerlo. 

 Y como consecuencia recibiremos fortaleza mental y física para desarrollar nuestra capacidad para vencer el mal. Oremos fervientemente para que podamos gozarnos hoy de esta experiencia.
Maranata
Gracias por sus oraciones estoy mejor de la vista.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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