domingo, 25 de enero de 2015

LA TRAMPA DEL ORGULLO.


Se regocijó con ellos Ezequías, y le mostró la casa de su tesoro, plata y oro, especias, ungüentos preciosos, todo su casa de armas, y todo lo que se hallaba en sus tesoros; o hubo cosa en su casa y en todos sus dominios, que Ezequías no les les mostró. Isa. 39:2.

Muy a menudo nuestra insensatez nos lleva a extremos muy peligrosos. Ezequías, decimotercero rey de Judá, era un gobernante de acción. Destruyó la ídolos, incluyendo a la serpiente de bronce que estaba en la época de Moisés, y que había sido convertida en objeto de adoración por el pueblo.

Poseía una colección de proverbios inéditos de Salomon. (ver Prov. 25:1) Era extraordinariamente rico. Durante su reinado tuvo lugar la destrucción sobrenatural del ejercito de Senaquerib, formado por 185.000 hombres.

Una de sorprendente obra de ingeniería que realizo fue la construcción de un túnel para que abasteciese agua a Jerusalén de 530 m, de largo, y 50 metros de profundidad escavada en plena roca. El túnel de Ezequías en hebreo es נקבת חזקיה o Túnel de Siloé (en hebreo נקבת השילוח, Nikbat Hashiloaj) se encuentra en la ciudad de Jerusalén; lleva el agua de la fuente del Gihón a la Piscina de Siloé.

El prospero reinado de Ezequías fue bendecido con una serie de notables providencia que mostraron a las naciones paganas vecinas que el Dios de Israel estaba con su pueblo.

Ezequías vio la mano de Dios en su vida, como la hemos visto nosotros en nuestra vida. El problema esta en que nosotros queremos hacer nuestra voluntad. Ezequías pidió a Dios quince años mas de vida. 

Esta es la pregunta ¿porque? ¿amaba las cosas de esta vida más que las de Dios? El rey pidió una señal, que el sol retrocediese diez grados, o lo que es lo mismo, el reloj que estaba en su pared retrocediese diez grados a la sombra.
Esta pequeña evidencia los astrónomos no lo tienen en cuenta pero si la tuvieron los astrónomos babilónicos. 

El rey de Babilonia estaba ansioso por conocer más acerca de ese Dios capaz de realizar hechos tan relevante, y felicitar al rey Ezequías por su mejoría.

El rey de Jerusalén tenia una oportunidad de oro para hablarle de su Dios. ¡Que oportunidad! ¿pero que hizo el rey que había sido tan galardonado por Dios? Siempre he dicho: que el orgullo, la arrogancia y la vanidad van de la mano, y son malos compañeros de viaje.
El rey hizo todo lo contrario, le enseño todo lo que tenia, no dejo nada a lazar. El cristiano del siglo XXII, nos pasa lo mismo, Dios pone a personas en nuestro camino para que le hablemos del perdón, del amor, y de la segunda venida; y lo único que le decimos es, que carro tengo de último modelo, que móvil de última generación tengo.
Nos gusta exhibir nuestros ingenios, nuestra inteligencia nuestras posesiones, incluso de nuestros talentos. Pero de Cristo y Cristo crucificado, nada de nada, somos unos hipócritas y fariseos. 

Yo me pongo el primero en la lista ¡y tú! La gran mayoría de veces nos ensalzamos, al igual que al rey Ezequías, en vez de ensalzar a Dios. 

No dio a conocer a sus visitantes la razón de sus prosperidad personal y la de su nación. Esto nos debe hacer pensar. No hagamos lo mismo. 
Maranata
Gracias por sus oraciones estoy mejor de la vista.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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