lunes, 12 de enero de 2015

AMOR SIN FIGIMIENTO


Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro. 1º Pedro 1:22.


Durante el auge de la civilización Griega, los actores recibían el nombre de hipócritas, porque desempeñaban el papel de otra persona. La expresión “no fingido” procede de la misma palabra griega que se traduce “hipócritas” más un prefijo negativo, de manera que si quisiéramos emplear una sola palabra tendríamos que decir “inhipócrita” .

Este amor “inhipócrita” es el que debiera manifestarse entre los miembros de la iglesia. No debe ser una representación teatral.
Debe provenir de una sinceridad noble de corazón. Debe manifestarse incluso por los que son indignos de nuestro amor.

Hay personas muy sensibles, dentro de la iglesia, y hay también personas que no saben hablar creen de debe de decirlo todo como salga, porque se creen con derecho a ello, esto es insensatez, o insensato a los ojos de Dios.

El amor por los hermanos debe de proceder de una divina inocencia, fruto de la ignorancia de la maldad. 

¿Podrá alguien amar verdaderamente sin la purificación que produce la obediencia? No lo podrá a menos que haya experimentado esa purificación.

Jesús dice: “Santificarlos en tu verdad; tú palabra es la verdad” Juan 17:17. La obediencia a la Palabra de Dios nos pone en armonía con Cristo y con nuestros semejantes. La purificación del alma por medio de la obediencia a la Palabra conduce al dominio constante de cada pensamiento y sentimientos.

Sus frutos son cientos de actos bondadosos que se realizan sin jactancia, tanto fuera como dentro de nuestros propios hogares. El cristiano verdadero y genuino dedica tiempo a manifestar a los miembros de su familia que los ama y se preocupan por ellos.
Hablan con tanta bondad y cortesía con sus amados en el hogar, como con los miembros de su iglesia, no solamente el Sábado, sino todos los días de la semana. 

Este es un verdadero cristiano, todo lo demás es una falacia (Yo me incluyo). Incluso tratan a sus amigos con la misma bondad como trata a sus familia en general.

La obediencia a la verdad produce en la persona esa clase de amor. ¿Por qué? Porque ha comprendido la gracia y el significado de la muerte de Cristo, esto es lo que produce el amor hacia los demás.


Más aún, el amor del creyente por sus hermanos bien sea de familia o de la fe, debe estar impregnado del espíritu de sacrificio. ¡Siéntese! Reflexione, ¿que resultado causaría su testimonio en el trabajo, en la casa, o en su vecindario o en su zona de residencia? ¡Se lo imagina!

Este amor expresado no solamente en palabras sino en hechos, daría como resultado grandes conversiones y almas ganadas para Cristo. 

 ¡Con cuánta ternura se preocupa Dios por esas almas! Nosotros nos debemos preocupar por los que se deslizan por el pecado, y por los jóvenes y hijos extraviados en un mundo de vicio y corrupción.

Este amor no puede surgir en nuestro corazón si estamos separados de Cristo. ¡Gracias a Dios porque nunca mandaría a sus hijos que amaran con amor divino, si no les diera la capacidad para hacerlo. Amen.
Maranata
Les agradezco que sigan orando por mi vista.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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