CRISTIANOS TURBADOS.

Jesús le dijo: Marta, Marta, cuidadosa estas, y con las muchas cosas estás turbada. Empero una cosa es necesaria, y María eligió la buena parte, la cual no le será quitada. Lucas. 10:41-42.

Nadie pone en duda de que Marta era una buena mujer. La gente religiosa gustaba de relacionarse con ella, y nunca cuestionaba la sinceridad de ella y su devoción religiosa. 

Pero estas buenas amigas y amigos, eran fieles iban todo los días a la sinagoga (iglesia), pero no era tan perspicaces como era Jesús en cuanto a la naturaleza humana, Sabía lo que había en el corazón de Marta. Lo que los judíos consideraban un celo religioso, Jesús lo veía como lo que realmente era. 

Marta estaba tratando de impresionar a Jesús atendiéndolo con agasajos, que no le faltase comida. Ella deseaba estar segura de que El notara la sinceridad de su devoción. Deseaba que Jesús cambiara la opinión que tenía de ella. 

En su palabra Marta era legalista como los demás fariseos. Y los legalistas están siempre preocupados y turbados, porque nunca están seguros de haber logrado su objetivo. 

Pero una señal aún más evidente de la naturaleza de la experiencia religiosa de Marta era su actitud hacia su hermana. “Esta es la actitud que vemos en la iglesia con algunos hermanos y dirigentes”. 

Se parecen a Marta, aunque ellos lo nieguen. Maria esta con ansiedad por conocer más de las enseñanzas de Jesús, y se pone a sus pies. “Esto es muy significativo, está reconociendo la autoridad de Jesús, como Hijo de Dios”. Marta estaba segura de que María no estaba tomando con seriedad los asuntos religiosos. 

Pero es todo lo contrario, el problema estaba en ella. Esto lo vemos en el sermón del monte, Cristo hace alusión a la “preocupación interior mental que es la verdadera causa de la impaciencia” Luego la preocupación de Marte se refleja en sus sentimientos íntimos. 

Estaba “perturbada” Sólo tenía que buscar y cultivar esa tranquilidad interior que Marta tanto necesitaba, y que muchas personas de nuestra iglesia necesitan. Solo necesitamos una cosa. (Cf cap. 18:22; DTG 483) Ella tenía que poner en primer lugar el reino de Dios en su corazón. 

Y proponer las cosas materiales en segundo plano. Como resultado de su propia experiencia María había aprendido la lección en su propia vida. Muchos de los hijos de Dios tenemos que aprender esta gran lección. 

Tenemos que morir más al mundo, y vivir mas cerca de Jesús. 


Muchos nos perderemos por nuestra propia indolencia, no buscamos primeramente el reino de Dios y su justicia. Nos desviamos del camino sin darnos cuenta, y de “pronto” es demasiado tarde, “demasiado tarde”.
[Os pido que oréis por mi. 
Tegon una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga].

Maranata:

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puedan amarlo y otros odiarlo, usted y yo podemos confiar