NO RESISTÁIS AL MAL

Oísteis que fue dicho a los antiguos: Ojo por Ojo, diente por diente. Mas yo os digo: No resistáis al mal; antes a cualquiera que te hiere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra. . . Y a cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos. Mate. 5:38-41.

Cristo nos presenta una ilustración espiritual de la ley en contrastar con la formalidad de guardar la ley. Dios estableció la ley para evitar los abusos del sistema judicial en la antigüedad. 

Pero por ende se repite en la actualidad en muchos países. Cierto es que los tribunales están hecho para hacer justicia, que es lo que Dios quiere del hombre. 

La justicia, se puede convertir en una espada de doble filo. Pero no se justifica la venganza personal (DMJ. 62-63). No resistir al malo: Es decir, no procuréis vengaros por los males sufridos. 

El cristiano no puede no debe responder a la violencia con violencia.. Debe de vencer “con el bien el mal” (Roma.12:21). 

“Se dice que los cuáqueros imprimieron un boletín para los soldados que estaban apunto de entrar en guerra. 

Este sermón del monte basado en nuestro texto y los distribuyeron en las tropas aliadas.

El gobierno británico y francés como de costumbre prohibieron su distribución aduciendo que era subversivo para los fines nacionales” (P.D. Diciembre de 1967).

Muchos documentos se están desclasificando en nuestros días. Si esto fuera cierto está ilustrando un gran dilema de conciencia. El ser fiel a Dios, o ser fiel a las leyes del país. 

Nuestro Dios nos llama para aceptar y practicar una filosofía de no resistencia en un mundo que se precipita a una guerra mundial. 

¿Podrá haber remedio para las frustraciones emanadas de tratar de armonizar la ética cristiana con las practicas humanas? 

Este dilema nos enseña que el cristiano, en este mundo, es “extranjero y advenedizo”. 

A pesar de todas las transigencias y racionalizaciones, todavía persiste la enseñanza de Jesús: “No resistáis al que es malo”. A través de los siglos, los cristianos han sido fieles a las enseñanzas de Jesús, muchos murieron por su filetead a Dios. 

Es muy difícil poner la mejilla, Pero Jesús se preocupaba más por el espíritu que motivaba el acto que con el acto mismo. 

En todo esto vemos que el principio de Jesús ha sido violado por sus seguidores. 

Ahí están los bandos en las iglesias, desde Corintio hasta hoy. Ahí están las ambiciones políticas de los cristianos que tratan de ganar posición y prestigio. 

Estas son situaciones en las que podemos seguir los preceptos del Jesús. No podemos impedir la guerras, pero sí las contiendas que destruye a las denominaciones y a los cristianos. La fidelidad a Dios es la base del cristiano.

MARANATA.

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