miércoles, 14 de agosto de 2019

LA ADORACIÓN


¡Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad! Sal. 96:9
Mucho se a dicho sobre la hermosura de la santidad de Jehová. Creo que nadie realmente aprecie la maravillosa bondad de Dios deseará presentarse ante él con las manos vacías. 

Lo que una persona ofrece a Dios -dentro de los alcance de sus facultades – es un índice del grado de su aprecio por las bendiciones del cielo. 

Quien ha recibido tan gratuitamente, debe considerar un feliz privilegio dar del mismo modo (Mat. 10:8; 2º Cor. 9:7). Pero también adorar puede describirse como la admiración que sentimos ante la belleza, el esplendor, la majestad, el poder, la santidad y la inmensidad del amor de Dios. 

El verdadero culto es bello y santo. El cristiano que no puede sentir admiración es incapaz de ofrecer adoración. El culto no será sino un rito vano e inútil para el que no es impulsado por la admiración por las cosas comunes de todos los días. 

Usando vestiduras sagradas, los sacerdotes ministraba en un ritual de culto bello e impresionante. 

Pero la belleza de la forma y del símbolo no es una demostración adecuada de la “hermosura de la santidad”. 

Debemos entender el termino como una expresión que incluye de queda reverencia, de consagración intima y piedad externa, fervor de consagración y gozosa gratitud. 

Ni el cielo ni la tierra puede haber una belleza mayor que la verdadera santidad. 

El hombre no debe de presentarse ante Dios con un espíritu de terror abyecto y temor. 

Dios es para el hombre un amigo, el mejor amigo que el hombre puede tener.Jesús entró en este mundo para aproximarse a los pecadores y para salvarlos de su pecado (Luc. 19:10). Pero Dios es santo. 

Es el Señor del universo y la tierra, y por eso el ser humano siempre debe acercárseles con el respecto y la reverencia que corresponde a su nombre. 

El hombre fue creado para la adoración en el planos más elevado, y cualquier perversión o degradación de ese culto puede dar como resultado únicamente una existencia deplorable. No existe sustituto del culto a Dios. 

Cuan doquiera que nos abrume la bondad de Dios, y cuan doquiera que la maravilla de su obra 
silencie nuestra destrozadas esperanza y nuestras preocupaciones, entonces nos acercamos a la adoración.

Con la admiración comienza todo nuestro conocimiento y con la admiración termina. 

La primera admiración brota de la ignorancia, pero la última nace de la adoración y de la alabanza por lo que él nos da diariamente. Reconocerlo y agradecerle, eso es rendir culto. 
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Estimados lectores de este blog. Estimados lectores de este blog. Por mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7

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