Así que, hermanos míos amados,
estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre
sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano 1 Cor. 15:58
En muchos países existe las
llamadas veletas, estás sirven para saber de dónde viene el viento.
Son muy populares en Holanda, España y Inglaterra.
Estas veletas
usan un gallo, que según la tradición católica representa la
negación de Pedro a su Señor. Estas veletas tienen varias
aplicaciones en la vida.
Es una representación viva de las personas
que son “fluctuantes, y llevados por doquiera de todo viento de
doctrina” (Efe. 4:14).
Estas personas tienen una mente que gira
rápidamente de sentido, depende cómo va el viento. Esta facilidad
de cambiar de pensamiento se debe, indudablemente, en muchos casos, a
lo que la gente denomina “mente abierta”.
Pablo aconseja a los
creyentes que permanezca firmes en la fe sin permitir que nada los
perturbe.
Esta exhortación a mantener una estabilidad inconmovible y se refuerza mediante la grandiosa verdad de la resurrección tan hábilmente presentada por el apóstol en este capitulo.
Esta exhortación a mantener una estabilidad inconmovible y se refuerza mediante la grandiosa verdad de la resurrección tan hábilmente presentada por el apóstol en este capitulo.
En tener una
mente abierta es una excelente cualidad. No obstante, no debemos
tornarla en una excusa para para no llegar nunca a una decisión,
para refugiarnos en una cortina de humo para demostrar nuestra
neutralidad, temerosos de revelar una opinión definida, y valiente
de la verdad.
Lo cierto es que hay muchas personas cristianas que
aparenta tener una “mente abierta” cuando en realidad carecen de
mente en absoluto.
Los creyentes no deben dejarse influir por las
múltiples corrientes de ideas dentro de la iglesia. Los asuntos
vitales de la iglesia demandan, no cristianos veletas, sino hombres y
mujeres que se gloríen “en la cruz de Cristo” (Gal. 6:14).
Hombre y mujeres fieles a los requerimientos de Cristo. Pablo destaca
que las vanas filosofías del mundo desvían a los hombre. Los
verdaderos cristianos se preocupan por la causa de Dios y por
prosperar la iglesia.
Son hombres y mujeres que avanzan “firmes y
constantes, creciendo en la obra del Señor siempre”, sabiendo que
su “trabajo en la viña del Señor no es vano” sino que será coronado en Cristo para su gloria.
Pablo destaca el crecimiento
del cristiano, es lento pero progresivo, es como la higuera que crece
lenta, pero progresiva y sus frutos son abundantes.
El crecimiento es
una actividad continua en la causa de la verdad, es la positiva
seguridad de que tales esfuerzos no serán “ en el Señor” en
vanos, sino resultarán en la salvación de almas y en la
magnificación de la gloria de Dios.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS
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de este blog. Oren por mi salud y por este proyecto . Sal. 62: 7Sal.
62: 7
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