martes, 27 de agosto de 2019

EL CUERPO DE CRISTO.


Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia. Col. 1:18.
Así como la cabeza tiene la capacidad de hacer los planes para el cuerpo, al cual gobierna y por el cual toma decisiones, así como todas 
las actividades del cuerpo depende completa y continuamente del funcionamiento de la cabeza, Cristo también es la cabeza del cuerpo espiritual. 

Cristo es el “principio” por activa y pasiva, de los que serán resucitados de los muertos. No hay ningún intercesor o intercesora. Cristo es la “primicia”de los que serán resucitados en su venida (ver 1 Cor. 15:20, 23). 

Moisés y Lazaro fueron resucitados antes de que Cristo saliese de la tumba, pero lo hicieron en virtud de la resurrección de Jesús; sólo por él volvieron a vivir. 

Después de la resurrección de Cristo muchos hombres y mujeres resucitaron y dieron testimonio de la resurrección de Cristo. “La madre de Jesús estaba viva”. 

 Jesús se presenta a los creyentes no sólo como el que tiene primacía y precedencia en el tiempo, sino también como el que es superior en poder y prestigio. 

Cristo se proyecta a través del lugar Santísimo a su iglesia para ayudarla en sus necesidades. Se ha llamado a la iglesia “la comunidad de los santos”. 

No es que sus miembros sean santos, sino porque, con Cristo como la cabeza visible, esta realizando la purificación con él Espíritu Santo a su iglesia a través de la sangres expiatoria de Jesús. 

La iglesia es pura en el sentido de que el Espíritu Santo obra en la manifestación de sus miembros. Es por eso que la Iglesia es el medio señalado por Dios para la salvación de los hombres. 

Somos los testigos de Dios, en la tierra los que guardamos sus mandamientos. 

El Señor nos da una promesa: “Yo Jehová te he llamado en justicia, y te tendré por la mano; te guardaré y te pondré por alianza del pueblo, 
por luz de las gentes; para que abra ojos de ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que están de asiento de tinieblas (Isa 43.10-12; 42:6-7). 

De cuántas prisiones Cristo nos ha sacado, de cuántos problemas nos ha librado, de cuántos peligrosos nos ha sacado. 

Cristo vela por su iglesia. Cuánta gracias deberíamos darle constantemente. 

En aquel día, se derramara el Espíritu de Dios sobre los que acepten su ley, y será llamado día grande cual nunca hubo en la tierra. 

Muchos enfermos se curaran, los ciegos verán la gloria de Dios, y los más escépticos verán lo que han perdido. Cristo vendrá como Rey de Reyes y Señor de Señores.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Estimados lectores de este blog. Estimados lectores de este blog. Por mi salud y por este proyecto Sal. 62:7.

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