sábado, 24 de agosto de 2019

LA MUERTE Y LA VIDA ESTÁ EN EL HOMBRE.


La muerte y la vida está en el poder de la lengua. Proverbios 18:21.
Vivimos en la época más dorada de la humanidad, donde las nuevas tecnologías nos hace llevar a campos inagotables de la ciencia. Es como tener una espada de doble filo. 

Hemos puesto los recursos de la ciencia en manos muy sensibles. Hoy el mundo puede estar dentro de poco en llamas, como puede estar lleno de alegría y al mismo tiempo de tristezas. 

La lengua puede difamar la reputación de una persona. Puede llevar a la humanidad a un desastre nuclear, debido a su lengua que no controla. 

También se abre ante nosotros las ciencias y las artes, con las cuales el hombre puede expresar sus sentimientos. Pero la lengua es el miembro más pequeño, pero es el más difícil de dominar. 

Sería erróneo subestimar el poder y la utilidad de la lengua. Es “un miembro pequeño” dice el apóstol Santiago: pero”se gloría de grandes cosas. . . 

Mirad también las naves:aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un pequeño timón por donde el quiere la gobierna” (Sat. 3:5, 4). 

Desde la misma manera, la lengua ejerce un poder sobre la conducta y el destino del hombre. Los que minan su lengua, los que le dan riendas sueltas, hacen un gran daño no sólo a la familias, sino a los pueblos. 

Todo el daño que hacen por ello serán juzgados (cf. Mat. 12: 36; Sat. 3; Ed. 231; 2 JT 20). Los médicos cuando ven a un enfermo para diagnosticar sobre su salud de su paciente, le pide: “Muéstrame la lengua”. 

Sobre el estado de la lengua se registra el alto grado del estado físico del paciente. Para saber el estado de una persona cristiana y su estado moral, intelectual y sobre todo el espiritual debemos observar su lengua y su ejemplo ante la sociedad y su iglesia. 

Sí en el corazón hay contienda, celos y odio, pronto encontraremos expresiones en su lengua. Todo lo que se pueda decir del poder destructor de una pequeñísima llama también se puede aplicar al poder potencial de la lengua. 

Los miembros de la iglesia no sólo deben evitar las palabras que destruyen, sino también abstenerse de avivar las chispas destructoras que se dispersan de las palabras ajenas. 

No significa que la lengua nunca pueda ser dominada, sino que la naturaleza humana carece de poder para dominarla. El hombre puede dominar a los animales, pero no tiene poder para someter a su propia lengua. 

Este sometimiento sólo es posible por medio de la gracia divina. Cristo nos da la fuerza para dominar la lengua, y lograr la victoria en Cristo.
MARANATA.
http://meditacionesmatinales.bslogspot.com
http://lecciones-biblicas.blogspot.com
http://judaislacris.blogspot.com
http://historiaybiblia.blogspot.com
http://segunda venida apocalíptica
http://viajes a través del tiempo y del espacio
NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Estimados lectores de este blog. Estimados lectores de este blog. Por mi salud y por este proyecto Sal. 62:7.

No hay comentarios:

Publicar un comentario