sábado, 31 de julio de 2021

UN CRISTIANO LEAL A DIOS.

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracia. Filipenses 4:6.

Una de las cosas que los hijos de Dios debemos de entender, es de no debemos estar afanosos en la vida. 

No hay nada que en forma alguna afecta la paz del cristiano, que sea demasiado pequeño para que Dios no lo advierta; ni tampoco hay nada demasiado grande de lo cual Dios no pueda hacerse cargo. 

El sabe lo que necesitamos cada uno de sus hijos. Dios quiere que tengamos todo lo que es para nuestro bien. Como dijo el salmista: 

“No me des pobreza ni riquezas manténme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios” (Prov. 30:8-9). 

Hay momentos en la vida de un cristiano, que estamos demasiados cargados con preocupaciones y podemos tener ayuda de nuestro Dios en los momentos más críticos de nuestra vida. 

Somos humanos y caemos, pero la grandeza que Dios nos ha dado es de saber levantarnos. No debemos estar “afanosos, o ansioso” o estemos desesperado, por culpa de esta situación que nos aqueja a todo cristiano. 

Es posible que un cristiano se hunda en una dificultad de la vida. Es posible hundirse, me a pasado ami, pero lo más grande es cuando Confías en Dios, y él te levanta, y comprendes el gran amor de Dios que tiene para ti y para mí. 

Pablo sabía lo que era esto, lo experimentó en su carne. ¿Creéis que los reformadores en España no sufrieron angustia? Por nombrar algunas ciudades donde los hijos de Dios sufrieron. Sevilla, Valladolid, Zaragoza, Burgos y un largo etc. 

Pero todos tenían el pensamiento de la venida de Cristo. Estaban afanosos por predicar el Evangelio a toda España. Como Pablo que quería venir a España. 

Si estamos afanosos debe de ser por predicar el Evangelio, para acelerar la venida de Cristo. 

El pensamiento de la venida de Cristo debe de ayudarnos para que nos libremos de las preocupaciones terrenales y seamos tolerantes en nuestras relaciones con otros. 

El apóstol Pablo nos lleva a quien nos puede ayudar. El conoce nuestras necesidades antes de que le pidamos algo (ver CS. 580 en Español). 

Lo triste es que no presentamos nuestras peticiones ante Dios para hacerle saber nuestras necesidades, y si lo hacemos él proveerá el oportuno socorro para nuestras necesidades. 

El conoce nuestras necesidades antes de que le pidamos. Todos los hijos de Dios debemos de confiar en nuestro Dios y Señor Jesucristo

MARANATA.

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