jueves, 15 de julio de 2021

SER RESPONSABLES.

A lo ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna. 1º Timoteo. 6:17-19.

Los consejos de Pablo siempre nos viene bien ya que nos ayuda a reflexionar en nuestra vida. Las riquezas en si no son malas, sino el uso que le demos a esos bienes que Dios nos ha dado. 

Pablo tenía en mente aconsejar a Timoteo, ya que su iglesia no solamente era influyente en el mundo cristiano, sino que era en medios materiales. 

La iglesia de Efeso en la cual estaba Timoteo como pastor. Los peligros que se enfrentaba esta iglesia eran grandes, tanto materiales como espirituales. 

Su influencia era decisiva para el cristianismo. Es posible que esta iglesia en el primer siglo, en tiempos de roma, hubiese hombres muy opulentos, esto era muy raro, pero existían. 

Y gracias a ellos daban donaciones a la iglesia, pero también había problemas. Pablo declara que las riquezas no son malas en si. Es como se adquieren y el uso que le demos. 

Pablo ve, que su camino en esta vida está por concluir, pues muy pronto estará en la presencia de Nerón. Pablo está preocupado por el bienestar espiritual de la iglesia, como cualquier pastor de una iglesia. 

El problema es cuando se manifiesta el orgullo y a la suficiencia propia, y una tendencia a olvidar todo lo que es bueno, ya que todo ello procede de Dios. 

No hay peor cosa que la altivez debido a las riquezas, esto provoca dificultades en la iglesia. 

Y un servidor vuestro a presenciado esto en mi propia iglesia, hace muchos años. Dios da la seguridad de su amor por su iglesia, que vale más que todo el oro y plata de este mundo. 

Pablo le aconseja a Timoteo que el interés por las posesiones materiales se vuelven secundario ante la apacible promesa que Dios nos da, ya que todas nuestras necesidades estarán cubiertas por Dios. 

Ya que Dios nos asegura que la tierra nos proporcionará la alimentación necesaria para nuestra supervivencia. 

En este mundo hay personas que nos necesitan, aunque no la conozcamos, siempre hay alguien que necesita nuestra ayuda. 

En la época de Jesús las viudas eran las mas necesitadas, y los más ricos sustentaban las necesidades de las viudas. La generosidad de parte de los hombres, para paliar las necesidades de los de más desfavorecidos, son recompensadas por Dios. 

Amar al prójimo y cubrir sus necesidades, es un deber del hombre. Debemos de aceptar nuestra responsabilidad con los de más desfavorecidos.

MARANATA.

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