miércoles, 14 de julio de 2021

EL GRAN MAESTRO.

De manera que la ley fue nuestro ayo para traernos a Cristo, para que fuésemos justificados por la fe. Gálatas 3:24

En los días del AT, “La ley” sirvió como el guardián, del pueblo escogido en los días del AT. Y a semejanza del (paidagóglós) (tutor) tenía a su cargo su preparación tanto moral como espiritual. 

Esto es hasta que viniera Cristo como lo indica el contexto 19, 23 Cuando Cristo escribe la ley en el corazón, llega a ser luz en el mundo. 

Israel se había alejado de Dios, los sacrificio era un símbolo de la venida de Cristo. Pero la ley de Dios llega a ser la luz guiadora de nuestra experiencia cristiana. 

Según el verso 19, “la ley...fue añadida [al pacto]...hasta que viniese la simiente [Cristo; ver com. Ver. 26]” (CBA. p.959). Israel fue confirmado bajo la ley” (ver 23). 

Hasta que Dios confirmará por medio de su Hijo que la salvación fuera revelada por la fe en Cristo. 

Pablo se está refiriendo muy particularmente al sistema ceremonial que representa a Cristo (ver cap. 2:16; 3:19); pero también es cierto que la ley moral –los Diez Mandamientos-- fue dada por Dios para conducir al hombre a Cristo, ya que la ley revela al hombre sus pecados y por lo tanto su necesidad de ser limpiados de ellos. 

Si vemos el pasado de Israel, veremos su caída, ya que abandonaron a Dios por sus transgresiones y su idolatría. Creo que el pasado encierra lecciones que el hombre no puede olvidar. 

Veremos como a través de Cristo, un pueblo se levantó por su fe en ÉL. Pablo nos dice que Venida la fe “la salvación únicamente mediante la fe y la gracia en Cristo, es la que nos acerca al trono de Dios. 

Nuestro tutor es la ley de Dios si nos dejamos guiar por él. Así mantenemos una relación debida entre el hombre y nuestro Dios. Así se crea un vínculo entre ambas partes. 

Seguir la ley de Dios con disposición es asegurar el futuro. ¿Por qué salvemos que hemos pecado? Cuando Dios dió su divina ley a los hombres, sabía que era lo mejor para él, así los seres humanos no se debilitaría por causa del pecado. 

Así el ser humano puede alcanzar la justificación, tanto por la fe y la gracia pero, sin dejar de lado la ley de Dios, ya que es el fundamento de su existencia. 

Lo que dejó de existir cuando vino Cristo fueron las leyes ceremoniales, ya que el sacrificio de Cristo ocupó su lugar. Demos gracias a Dios por tan grande don ofrecido para salvar al hombre.

MARANATA.

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