Es triste que personas muy religiosas como Atanasio, Adán Clarke, Alberto Barnes y otros comentadores bíblicos que han interpretado mal este pasaje, dando un énfasis al domingo.
La biblia se interpreta así sola, y en ella no hay ninguna declaración de Jesús y de los Apóstoles respecto al domingo. (ver http://lecciones-biblicas.blogspot.com, el apartado Cuarta parte X/ 4.3 el cuarto mandamiento).
No hay una base bíblica. Cierto es, que en el Salmo 118, lo que se está expresando es un canto de consagración o canto de alabanza.
Es un grupo de adoradores que se ha cercan a la puerta del templo (ver 19). La alabanza es un medio que el hombre tiene para adorar a su Dios.
Los adoradores se acercan a la puerta de justicia, osea a la puerta del templo, que es la “puerta de la justicia” refiriéndose a la norma de justicia a la cual Dios deseaba conducir a su pueblo.
El cristiano tiene que volver sus ojos hacia el pasado, para reconocer lo que Dios ha dado al hombre. La libertad de escoger a quien servir.
La libertad de estar en un mundo mejor que el que vivimos. La libertad de adorar libremente. Y la libertad de sentir el tierno amor de Dios por el hombre.
Lo que estos hombre están reclamando es su salvación “¡Salva, te lo ruego!” Creo firmemente, que hay otros mundos en nuestro vasto universo, donde el pecado no ha entrado.
Y alaban a Dios . Esta aclamación se ve cuando Cristo entra triunfal por la puerta de Jerusalén, “Bendito el rey que viene en el nombre del Señor” Luc. 19:38.
El salmista se goza en la salvación que ofrece Dios al hombre. Es triste que haya seres humanos que no den gloria a Dios, por la vida, la comida, la ropa y la salud.
Creo que es nuestra oportunidad de dar gracias a Dios, a pesar de nuestras pruebas, nuestras enfermedades o incluso en nuestra pobreza.
El salmista lo experimento y se regocijó. Para el necio un día es un año.
No así para los hombre y mujeres de fe. La alabanza está en sus labios, y el darle gracias a Dios es constante.
El salmista nos invita a experimentar esta dicha, y comprobar por uno mismo, cuál grande es nuestro Dios.
Si los cielos cuenta la gloria de Dios, Cuánto más nosotros. Cristo derramó su sangre para que fuésemos hijos y hijas de Dios Altísimo.
¿Sabes que Dios ha establecido un plazo para tu salvación? Es hoy. “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de tu salud”. 2º Cor, 6:2.
MARANATA.
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Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7 (a través de https://s se puede ver estos blog).
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