lunes, 7 de enero de 2019

LA PALABRA DE LA VERDAD

En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. Efe. 1:13
Cuando hay contiendas el que esta en el medio recibe todos los palos. Pablo se encontró en el anfiteatro de los Efesios, con una multitud de filósofos, artistas, escritores, y un grupo especial. 

Los llamados adoradores o devotos de la diosa Diana. Pablo se dirigió a la multitud y de repente se encontró con un tumulto de la ciudad (Hech 19:21-41). 

Los devotos de la diosa Diana, Esta diosa le cambiaron el nombre la iglesia de Roma después de Constantino. Ya que los romanos estaban acostumbrados a adorar las imágenes de talla. Pablo de declara la palabra de la verdad, la cual lleva a la eternidad. 

Pero el orgullo y la arrogancia de los Efesios fue más aya de los limites, y rechazaron la salvación. Pablo les llevo “el Evangelio de la salvación” (Rom. 1:16). 

Se nos insta a tomar la palabra enserio, como lo fue para los Efesios. (Mar. 4:24), y la tenemos que recibir con humildad y con fe (Sat. 1:21; Heb. 4:2), por que es el medio para obtener la salvación y la vida eterna. 

El Espíritu Santo lo inspiró a escribir a los creyentes de Éfeso, una de las más poderosa carta del Nuevo Testamento. Es una carta llena del Espíritu Santo, ya que no hay en toda la Biblia una carta como está. 

Todo impulso noble que surge en el alma, ya sea de cristianos o de paganos, deriva de la fuente del Espíritu Santo. Para que haya una verdadera recepción de la verdad, es necesario la influencia del Espíritu Santo (1º Cor. 2:12-15). 

La palabra escrita o hablada, es como la semilla que cae en tierra fértil, pero esta no dará su fruto amenos que tenga el poder de cambiar la vida del Espíritu Santo, la palabra viviente. Si leemos Efesios veremos que es el Espíritu Santo nos conduce a su Palabra. 

Bien sea escrita o hablada, lo que nos presenta es a Jesús en todo su esplendor. El Espíritu Santo nos ayuda a discernir que la palabra es verdadera, certera y confiable. 

Hay tres conceptos. El Espíritu de Dios nos hace oír, luego creer, y finalmente el sellamiento, que pone sobre nosotros el Espíritu Santo. 

Pablo le dejo muy claro a los Efesios, el Espíritu Santo es el que sella o identifica a quienes pertenecen a Cristo (2º Tim.2:19), guardándolos hasta el día de la redención (Efe. 4:30). 

El Espíritu Santo es identificado aquí como el ser que hace el sellamiento. Los que son sellados reciben el testimonio espiritual interno de que son hijos de Dios (1º Jun 5:10). 

El sello se coloca sobre todos aquellos que deciden de todo corazón servir a Cristo. El Espíritu Santo nos asegura que las promesas de Dios son verdaderas. El creyente las acepta por fe. 
MARANATA
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