domingo, 23 de diciembre de 2018

SIN PICAPORTE


Quien cuando le maldecía, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente. 1º Ped. 2: 23.
Todos los seres humano tenemos un área que es vulnerable y muy sensible en nuestra vida ya que por medio de este problema otras personas pueden influir en nosotros o incluso hacernos daño. Cristo no se rebajó a desquitarse o pagar mal por mal. 

Una segunda ofensa no corrige la primera ofensa, por eso el ejemplo de Cristo reveló el único espíritu que finalmente reconcilia a quienes están en discordia. Pablo dijo: “El amor deja de ser” (1º Cor.13:8). 

Pablo no veía ninguna solución para los problemas de los hombres fuera del ejemplo de Cristo. Debemos de pensar y meditar en las cosas monstruosas que le hicieron al Señor durante el periodo del juicio hasta su crucifixión y al final su muerte, y en el lecho de que Cristo presentó ninguna queja ni acusación contra sus adversarios. 
El silencio era para los judíos el “ayo” de su culpabilidad. Cristo entregaba su causa “al que juzga justamente”. La oración de Cristo en el último momento de su existencia dijo: “Padre, perdónalos, por que no saben lo que hacen” (Luc. 23:34). 

Durante todo su ministerio tuvo al mejor compañero que el hombre puede tener. El Espíritu Santo, le consoló en los días mas triste de la historia de su vida. No lo abandono, le dio las fuerzas para resistir, hasta que entrego su alma al Padre. 

Este ejemplo debería servir en nuestra vida, cuando pasemos por dificultades de todo tipo que paso nuestro Maestro. No olvidemos que el Espíritu Santo siempre está con nosotros y no nos abandona a menos que nosotros lo dejemos a él. 

Jesús, mientras caminaba en medio de hombres insensibles, fue un ejemplo perfecto del hombre que no tenía “picaporte”. No había nada que hiciese perder su compostura, por las criticas y por el desprecio hacia su persona. 

Su estabilidad no era fruto del trato apropiado que le a tributaban los demás, él sabía que el Padre lo amaba y que era respetado. Fue un ejemplo para la raza humana. 

Los medios con los que Jesús sana nuestras actitudes y actos ofensivos no son ningún misterio en la religión. 

El sabe que sus hijos realizan actos que no son aprobados por Dios, y intentamos probar a los demás, y a nosotros mismos, cuánto valemos, o cuán digno somos. 

Con sus manos perforadas por los clavos y con sus brazos extendidos el Señor viene a decirnos que nos ama, y que vallamos a él que es el agua de la vida. 

Ahora es el momento de tu decisión de ir a Jesús, y decirle lo que tu deseas en tu corazón. Él te aliviara tu contrito corazón. 
MARANATA.
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http://lecciones-biblicas.blogspot.com
http://judaislacris.blogspot.com
http://historiaybiblia.blogspot.com
http://segunda venida apocalíptica
http://viajes a través del tiempo y del espacio 

No hay comentarios:

Publicar un comentario