jueves, 18 de diciembre de 2014

"NUEVAS SON CADA MAÑANA"


Por la misericordia de Jehová no somos consumidos, porque nunca de cayeron su misericordia. Nuevas son cada mañana, grande es su fidelidad. Lamentaciones 3:22,23.


El auto quiere dejarnos claro que la manifestación del amor de Dios son multiplicaciones y nunca acaban. Aquí se revela la verdad sublime del señor para con todos los que le acepten, y por ende a su pueblo afligido.

Se revela al Señor como Dios que, a pesar de que debe castigar, “no aflige ni entristece voluntariamente” cuya misericordia “nunca decayeron”. La bondadosa misericordia de Dios -la vida, la salud, el alimento, el abrigo, la vestimenta, el afecto humano, el compañerismo, y otras incontables bendiciones- se renueva cada día de la vida del ser humano.

Cada una de ellas son una dádiva, una manifestación del constante amor de Aquel que es el dador de toda la vida y de todo don perfecto.
El antídoto de la infelicidad y el egoísmo consiste en conocer a Dios, y ver cuan grande es su misericordia. Hay un modo fácil de olvidar nuestras dificultades y problemas, estas triste ora a Dios, estas alegre canta Salmos, ejerce la fe que hay en ti, y sed agradecido a tu Creador.

Examina tu corazón, ve en tu interior, cuantas veces as visto el poder sanador de Dios en tu vida, de cuantos peligros te a librado. Cada mañana cuando te levantes da gracias a tu Creador por ver un día más. Si vives en la ciudad, o en el campo, observa a los pájaros, a las mariposas, o mira las cumbres majestuosas que se elevan hacia el cielo. 

Todos ellos alaban a su creador.
Cuando subía a una cumbre de 2.500 mt. O de descendía a un valle, cuanta gracia le daba a mi Dios, porque mañana no savia si la iba a ver. Eleva al cielo tu gratitud, como dulce perfume, cada mañana y cada noche. El profeta sigue alabando a su Dios; a pesar de la de las dificultades él llega a decir: “Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en el esperare”.

Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová”. (ver.24-26). La pregunta que yo me hago: 

¿Porque el ser humano no es más sensible a las bondades de un Dios misericordioso? La respuesta se cae por su peso. Sus corazones esta caracterizados por los vienes materiales y por los placeres de esta vida.

El salmista declara a Dios lo que hay en su corazón. Con todo mi corazón te he buscado. No me dejes divagar de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos. Para no pecar contra ti.  
Les agradezco que sigan orando por mi vista.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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