sábado, 20 de diciembre de 2014

LA ORACIÓN INTERCESORA QUE SANA.


¿Esta alguno enfermo entre vosotros, Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Sant. 5:14. 

Quisiera contarles una experiencia vivida por una cristiana de fe. Recuerdo que cuando la leí me hizo pensar. En cierta ciudad de los Estados Unidos, había una mujer avanzada en años, que tenia leucemia. Conocía a un pastor por referencias, a los ojos humanos este pastor era muy consagrado. Así que le escribió una carta para que fuese a su estado y orase por ella.

El pastor o reverendo, acepto la invitación, llegóse a su casa, estuvieron hablando de su larga enfermedad. Llevaba 20 años con ese problema, El pastor la invito a y orar por este problema. Terminada la oración la mujer se levanto y le preparo la comida, estaba curada, hacia 20 años que no podía cocinar ni levantarse. Este pastor se atribuyo el merito de la curación.

El hecho es si mal no recuerdo, que la mujer oro con tanta fe, que fue curada por su fe, y no por la oración del pastor. Este hombre no era buen trigo, tenia una vida doble, y su oración no llega hasta el lugar Santísimo en el Santuario. 

 Pero la oración de la mujer su vio como incienso agradable ante los ojos de Dios.

La otra experiencia La relata un pastor J.R. S. Fue a visitar a un enfermo que iba a ser intervenido en una operación, en un Hospital Adventista. Estaba bastante débil y no sentía muy bien, pero cuando esta por irse, se apoyo sobre su brazo para decirle.

Un minuto, pastor, quiero contarle lo que me ocurrió anoche y cuanto me a ayudado esa enfermera. Anoche sobre las diez, esperaba que me llegase la paz del sueño, cuando entro una enfermera en el cuarto silenciosamente, me examinó el vendaje
salio, y a los pocos minutos vino con la auxiliar.

Miré el rostro de aquella joven, su aspecto era hermoso sereno, sus ojos radiaban bondad y su voz era melodiosa. 

No sentí ningún dolor cuando me cambiaron el vendaje, fijando sus ojos en mi me dijo: “¿quiere que haga una oración con usted? Mi voz temblaba como un gorrioncillo al salir de su nido, le dije que si.

Aquella oración sencilla de Barbara, pero llena de amor y de bondad, llenaron mi corazón, hizo más por mi de lo que nadie ha hecho jamás. 

Sentí dentro de mi una paz que nunca había sentido. Cuando lo recuerdo me salta las lagrimas. Personalmente se lo que se siente a experimentar tanta paz. 

Si es la voluntad de mi Dios, dedicare alguna meditaciones a tales experiencias en mi vida y en las de un compañero y amigo mio.
Creo firmemente que esas oraciones fueron hechas con una fe que llego a los atrios del cielo.
Maranata
Les agradezco que sigan orando por mi vista.
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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