martes, 1 de julio de 2014

EL ÚNICO Y VERDADERO DIOS, CRISTO HOMBRE


Y en ningún otro hay salud; (y salvación) porque no hay otro Nombre debajo del cielo, dado a los hombre, en que podamos ser salvos. (Hech.4:12).

La tendencia ecuménica que prevalece en los Estados Unidos, país considerado cristiano, protestante, resultó en 1.975, cuando se nombró a un budista capellán del senado de California. Se sobrentiende que en los Estados Unidos las capellanías a lo menos en la capital de ese país, siempre le han correspondido a los pastores protestantes.

 Los Estados Unidos que sus dos actos de su autoridad son, legislativa y judicial y protestantismo. Los pilares de la libertad. Están bajando las normas establecidas por Dios. ¿Que actitud tomaría usted como cristiano si fuera uno de los senadores del cuerpo legislativo de California? 

¿Podría inclinarse en oración y comulgar con ese capellán sin comprometer su propia fe en un Dios verdadero y en su Hijo, el Señor Jesucristo? ¿Sabiendo que el cree en el panteísmo y en muchos dioses? ¿Que tiene que ver la oscuridad con la luz?
Y no es de extrañar que algún día encontremos como capellán a un islamista, aceptaría un sacerdote como capellán es admisible pero todo puede pasar en esta vida.

Los requerimientos de Jesucristo son totalmente exclusivos. Afirmó que él no era otro camino, uno entre muchos, sino el único camino a Dios. “Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mi” (Jn. 14:6).
Por esa razón Pedro exclamó: “Porque en ningún otro hay salvación”. Como cristiano, creo esto y estoy dispuesto a comunicar mis creencias a los demás, sean monoteístas o de otras religiones. Cristo vino a salvar al hombre no a condenar ni a matar. Esta demanda es clara en mi persona, definida y definitiva. No es negociable.

Hay una razón. La exclusividad de Jesucristo resulta del carácter totalmente singular de su persona y de su ser. Cierto es que el pecado creó un abismo entre Dios y el hombre que sólo podía ser traspuesto por alguien que participara de la naturaleza de ambos. Jesucristo era plenamente hombre, y al mismo tiempo era plenamente Dios. 

Las dos naturaleza, la humanidad y la divinidad, se amalgamaron misteriosamente en esta personalidad especialísima que el hombre no podemos entender. Por medio de su divinidad vuelve a unir al hombre perdido con el Padre. 

“Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación” (2º Cor.5:199. ¿Es el único y exclusivo? Por supuesto. Es él verdadero Dios que murió por el hombre. “todo aquel que en él crea sera salvo”.
 MARANATA.
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la Biblia a través del tiempo.

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