miércoles, 30 de julio de 2014

"POCOS SON LOS QUE LA HALLAN".


Estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mt. 7:14.

Las Escrituras separa a los hombre en dos categorías: ovejas y cabras, trigo o tamo, salvados o perdidos, espirituales o carnales, los del camino ancho o los del camino angosto.

Cristo extiende a su auditorio una invitación formal para aceptar sus principios como norma para regir la vida y les señala la manera la manera de comenzar y por donde comenzar.
El es la “puerta” Jn.10:7,9. Y el “camino” Jn.14:6.

¿Por qué son tan pocos los que entran por la puerta estrecha y andan por el camino angosto? Porque no es fácil encontrar esa puerta. No está a la vista sino que se halla oculta. Para descubrirla debemos persistir en la búsqueda. Los que pierden el interés o se cansan fácilmente, jamás la encontrarán. 

 La descubren únicamente quienes buscan de todo corazón. Hallaremos la puerta cuando estemos dispuestos a sacrificar aun nuestra vida. La razón principal por la cual tan pocos encuentra la puerta que da a la vida es que no desean hallarla. 

Si te cuesta aceptar como cierta esta declaración, recuerda cuántos cristianos se quejan contra la puerta estrecha y el camino angosto después de haberlo hallado. 

 Sin duda, más de una vez habrás oído decir: “¿Por qué los cristianos no debemos bailar?” “¿Qué tiene de malo en jugar a los naipes?” 

“un vaso de cerveza no le hace mal a nadie”. “Quiero que pase el sábado para poder salir a divertirme”. “¿Por qué no puedo llevar joyas?” “¿porqué no puedo ir al cine?” “¿Por qué no puedo tomar café?” “La comida es asunto exclusivamente mío”.

Quienes dicen cosas como éstas probablemente han hallado la puerta estrecha, pero nunca entraran por ella.
Hay otras razones por la cual pocos pasan por la puerta. Jesús dijo: “Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” Lc. 13:24. 

 La palabra “esforzaos” proviene del griego “agonizomai”, del cual derriba el término castellano “agonizar”. Algunos cristianos bien intencionados desean hacernos creer que es fácil vivir la vida cristiana. 

 El plan de salvación es fácil de comprender, pero el sometimiento diario del yo para poder pasar por la puerta estrecha requiere esfuerzo. 

Nunca se debe confundir ese esfuerzo con las obras pues éstas no salvan a nadie. Pero la entrega de nuestra voluntad a Dios es a veces una agonía. 

Ten buen ánimo. Con su ayuda podemos ser de los pocos que entran por la puerta estrecha que conduce a la vida eterna.
Dedicada a nuestra hija adoptiva PaoRodriguez en Peru.
Maranata
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La Biblia a través del tiempo
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