sábado, 19 de julio de 2014

EL PODER TRANSFORMADOR DEL AMOR.


Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: Que uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucito por ellos. 2º Cor. 5:14,15.

Guillermo Sands, en su libro My Shadow Ran Fas (Mi sombra corría), nos cuenta la experiencia que tuvo cuando lo encerraron en una celda solitaria en la cárcel de San Quitin. Fue el pero castigo que le pudieron dar. Al sentirse confinado y acompañado solamente de su miserable yo, le dieron ganas de morir. 

Ansiaba escuchar una voz humana, hasta que un día alguien lo llamó. Pensó que soñaba mientras se sentaba en su camastro. Alguien lo palmeó amablemente y pudo mirar directamente a los ojos del guardián Clinton Duffy. 
 
Este guardián lo animó a cambiar de conducta y le comunicó que aunque estaba cumpliendo tres sentencias consecutivas, si mejoraba, podría salir libre después de dos años. 

Añadió además: “Pero tendrás que hacer un tremendo esfuerzo para poner en orden una cantidad de cosas dentro de ti mismo antes que yo esté en condiciones de poder recomendante”. 

La esperanza surgió de nuevo en su corazón del prisionero, pero pronto éste se sumergió otra vez en la amargura y comenzó a decirse: “Nadie en la tierra se interesa por mi. . . A nadie le importa mi vida”. En el preciso momento en que abandonaba la celda el guardián llamó a Sands por su nombre y le dijo: “Guillermo: Yo me intereso por ti”. 

Esa palabras se grabaron en la mente de Sands y de allí en adelante comenzó a producirse un cambio lento pero seguro en su vida. El cristiano tiene el mayor poder motivador que sea posible concebir. El saber y creer que Cristo nos ama llega a dominar nuestra vida. 

Unas de las influencias más poderosas que pueden impulsar a alguien a cambiar su manera de proceder en el amor de Cristo manifestado en la cruz. Concentrar la atención en el es el único método que conozco que puede reformar a una persona. 
El Señor se interesa por ti y por mí. 

Si alguna vez te sientes tentado a dudar del amor de Dios por ti, vuelve a leer nuestro versículo de hoy. Dice con toda claridad que Cristo murió por todos nos incluye a ti y amí. Nadie puede discutir el amor de nuestro Salvador a la luz de su gran sacrificio.
Maranata
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La Biblia a través del tiempo
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