viernes, 18 de julio de 2014

EL PODER DE LA CRUZ.


Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabra, para que no se haga vana la cruz de Cristo. 1º Cor. 1:17.

La historia de la crucifixión por lo general despierta simpatía en el corazón de la gente. Eso esta bien, pero la simpatía sola es incapaz de recibir y comprender el poder de la cruz. La influencia de la cruz es muchísimo más que un sentimiento pasajero. 

La cruz bien entendida infunde respeto, no temor, influye admiración y un profundo arrepentimiento. Durante la edad media y en las cruzadas, la cruz se entendió mal, se uso mal, la gente tenia temor, y miedo. Aun sus enemigos la respetaban, la cruz ha sido mal comprendida.

La influencia de la cruz es muchísimo más que un sentimiento pasajero. Nuestro texto de hoy sostiene esta idea. El poder de la cruz no consiste en palabras sabias ni en elocuencia, que pueden afectar las emociones de la gente. 

Ciertamente la elocuencia despierta emociones y simpatías, y hasta puede llenar los ojos de lágrimas, pero eso no basta para cambiar el corazón.
Hay que estudiar la cruz para encontrar “el poder de Dios” (ver. 18).

Pablo afirma que “los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría” (ver 33). Para los judíos, la cruz era piedra de tropiezo y motivo de escándalo. 

Es por este concepto que algunas religiones monoteístas no acepta a Cristo como su salvador. Destruía su prestigio, su honor, su reputación, su orgullo, su autosuficiencia y su autonomía. 

[Hay seis cosas aborrece Jehová (Dios Ala ). Y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadora de sangre inocente. El corazón que maquina pensamientos inicuos. Los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentira. Y el que enciende rencillas entre los hermanos. (Prv. 6:16-19). 

Para los griegos, o gentiles, la cruz era insensatez y algo absurdo, ridículo y totalmente al margen de la filosofía. ¡No lo vemos hoy día, estas mismas ideas en el mundo! Por lo tanto, en el corazón mismo del Evangelio se yergue un símbolo ignominioso: La cruz de Cristo. Para el mundo en general, resulta irreal, vana y pertubadora. Pero para el verdadero cristiano que piensa, razona y se ha entregado a Dios (Ala), la cruz es él símbolo universal de la vida, de la verdadera vida. 

 El principal secreto para poder cumplir las leyes del gobierno de Dios, es simple, una entrega incondicional. Aquel que murió en la cruz por mi y por ti, el yo y todas sus tendencias deben ser abandonadas por su gracia y su poder, él transforma el corazón del hombre si este quiere. 

El corazón carnal esta contra de Dios y su gobierno, y es en este punto donde actúa la cruz, osea Cristo. Cuando aceptamos que Cristo se hizo pecado por nosotros en la cruz, cuando escuchamos exclamar: “Padre, ¿por que me has desamparado?” no podemos considerar el pecado como algo sin importancia; no podemos seguir diciendo que no hay problemas si mentimos, se lleva adornos y las normas se bajan hasta lo sumo, y quebrantamos el sábado. 
Cuando contemplamos a Jesús que sufrió por ti y por mi, debe haber una transformación de arriba a bajo, sino estamos crucificando a Cristo. El amor no esta en nosotros.
Maranata
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La Biblia a través del tiempo
http://segunda venida apocalíptica

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