sábado, 15 de marzo de 2014

TIENE QUE COSTARNOS ALGO.

Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo comprare; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cueste nada. 2º Samuel. 24:24.

El rey de Israel, David tuvo la poca inteligencia y censo a su pueblo, así desobedeció los requerimientos de Dios.  David se arrepintió de tan grabe erro, el Señor le permitió elegir el castigo que habría de sobrevenir sobre Israel: 1º Siete años de hambre, 2º tres meses en manos de sus enemigos, 3º ó tres días de pestilencia (peste) de parte de Dios.

David comprendió la magnitud de su pecado, no solo afectaría a el, sino también a su pueblo. "Caigamos ahora en manos de Jehová, porque sus misericordias son muchas -respondió David al profeta Gad-, más no caiga yo en manos de hombres (2º de Samuel 24:14). 
El castigo que sufrió Israel fue terrible.  Cuatrocientos setenta mil de su pueblo cayeron víctimas de la pestilencia de parte de Dios, David clamó suplicando misericordia y que cesara la mortandad.

 Yo reprendo y castigo a todos los que amo.  Se pues celoso y arrepiéntete (Apc. 3:19). En el libro de Proverbios nos dice: No deseches, hijo mio, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección.  Porque al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere. (Prv. 3:11,12).  Esto lo entendió perfectamente David. El Señor instruyó a David para que levantara un altar y ofreciera un sacrificio en la era Arauna, el jebuseo.

Cuando el rey quiso adquirir el terreno de Arauna, éste suplicó: "¡Oh rey! Toma la tierra.  Te la doy gratis.  Con gusto te daré no sólo la tierra sino los bueyes y la leña para el sacrificio. Son tuyos gratuitamente". (2º de Samuel. 24:22).

"Y el rey dijo a Arauna:  No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocausto que no me cueste nada".
Ser cristiano que guarda los mandamientos de Dios expuestos en Éxodo 20, les ha costado a muchos seguidores del Maestro sus amigos, su familia, su puesto de trabajo, y, en algunos casos la vida. La pregunta que se plantea es: ¿Que costo tuvo que pagar Dios para salvar al hombre?

"Recordad que Cristo lo entregó todo.  Pago un precio muy alto por nuestra redención.  Lo arriesgo todo. Aun el cielo se puso en peligro".  A veces nos sentimos un poco perturbados cuando sufrimos algunas leves incomodidades por seguir a Dios.  ¡Que Dios se apiade de nosotros si no estamos  dispuestos a que nuestra fe nos cueste algo.  Las pruebas de esta vida, son para edificar nuestro carácter.  

Hay una promesa para los desanimados. "Hay siempre ángeles presentes donde más se necesitan, con aquellos que tienen que pelear la batallas más dura contra el yo, y cuyo ambiente es más desanlentador".  "Cuando nos asíamos de su fortaleza por medio de la fe, él [Dios] transformará en forma maravillosa lo que parece más desesperado y desanimador". (HH.37; 8T 12).   

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