jueves, 27 de marzo de 2014

SOLO UN MOMBRE

EN ningún otro hay salvación; porque na hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en que podamos ser salvo.  Hech. 4:12.

 Se cuenta la historia de un pastor que estuvo en la India.  Todos los días se dirigía a la ciudad de Bombay desde su hogar ubicado en los suburbios de la ciudad, veía  todos los días a un hombre sentado era un  santón.  Este santón hindú con su cuerpo semi desnudo y cubierto de bosta seca de baca (estiércol de baca, bien sea quemada y mezclada con orina, se combierte en una ceniza que se cubre el cuerpo de los hombres santones).  estaba  tranquilamente sobre su cama de clavos y fumaba una pipa.

Cuando se le pregunto por que había permanecido sentado allí  por doce horas, su respuesta no sorprendió al pastor.  Castigo mi cuerpo para "expiar"  mis pecados y mis extravíos, para arreglar cuentas con sus dioses y ganar la salvación.

En los países no cristianos millones de almas abrumadas buscan la liberación por medio de otros conductos.  Son personas sinceras que buscan la salvación por los méritos que ellas/os hacen.  Personalmente y creo que todos hemos visto documentales donde hombre y mujeres viajan apretujados en vagones de ferrocarril, para realizar un peregrinaje a algún santuario o río "santo".

Muchos se  heridas y se reducen a la invalidez en procurar la "liberación"  ¿de que? Buscan, buscan, y buscan ¿que? Obran, obran, y obran. Sufren, sufren y se afligen su cuerpo ¿porque?  Pero las miras de su búsqueda esta siempre más aya de ellos.

Millones de personas en los países llamados cristianos hacen lo mismo.  Se golpea la espalda con látigo, y alguno andan de rodillas ¿paraque? tal vez inconscientemente, pero de seguro con los mismos resultados.
Lo curioso que dentro del pueblo de Dios, tengamos la tendencia a querer abrir por "obras" nuestro camino hacia la eternidad.

El pueblo de Dios tiene mensajes que debería meditar a través del Espíritu de profecía.  Cuando comenzamos a depender de nuestra obras o de nuestra propias excelencia moral: "La educación, la cultura, el ejercicio de la voluntad, el esfuerzo humano, todos tienen su propia esfera, pero para esto no tiene ningún poder.

Pueden producir una corrección externa de la conducta, pero no pueden cambiar el corazón; no pueden purificar las fuentes de la vida.  Debe haber un poder que obre en el interior, una vida nueva de lo alto, antes de que el hombre pueda convertirse  del pecado a la santidad.
Maranata. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario