lunes, 29 de julio de 2019

VIENDO CARA A CARA A DIOS


Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Exodo 33:11
Los incrédulos, los agnósticos, y los hombre de poca fe, ponen en duda este pasaje. 

Los versos 12 y 13 constituyen un ejemplo de la forma intima en que Dios puede hablar con el hombre. Moisés tuvo el privilegio de hablar con Dios mismo (Heb. 4:15, 16; 1º Juan 4:8). 

¿Ponen en duda la veracidad de este pasaje? ¿Ponen en duda que alguien pueda hablar con Dios como con otra persona y compartir su experiencia diarias? En un mundo en el que vivimos lleno de incredulidad esto es una quimera. 

¡Oh! Cuánto de la realidad y belleza de la vida has perdido si no puedes creer en este pasaje con todo tu corazón, y creer que tú también puedes hablar con el Señor Dios cara a cara. 

La amistad con Dios da a los hombres confianza para acercarse, porque la verdadera amistad hecha fuera el temor.En los tiempos del Antiguo Testamento, la oración era más natural para el hombre, estaba libre de perjuicios que en la actualidad. 

Los hombres de antaño hablaban con Dios, vivían y se movían en una atmósfera de entendimiento con su Creador. 

Mediante sueños, visiones y a veces de viva voz, conocían las revelaciones y los deseos divinos para ellos. 

Dios nos dice: Pedid una vez y recibiréis.El nos ordena que pidamos. Persistid incansablemente en la oración. El pedir con persistencia hace más ferviente la actitud del postulante, y le imparte un deseo mayor de recibir las cosas que pide. 

Moisés compartió esa experiencia con Dios cara a cara, Moisés no se dio cuenta que su “cara resplandecía”. 

Las demandas que Moisés pidió a Dios le fue concedida. Jesús le dijo a Marta “Sí creyeres, verás la gloria de Dios”. 

Moisés vio la gloria de Dios, nosotros a través de la oración y a través del culto familiar veremos la gloria de Dios. Los Egipcios se enteraron de la conversación personal de Moisés con Dios. 

Ellos “han oído que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que ojo a ojo aparecías tú” (Núm. 14:14). 

Así como ocurrió en el pasado, nosotros podemos reflejar que andamos con Dios cara a cara, a través de la oración. 

Pero muchos no tienen una fe viva. Esta es la razón por la cual no se ve más poder de Dios en su pueblo. Su debilidad es el resultado de su incredulidad. 

Moisés sabía como acercase a Dios; él conocía a Dios. 
Y nosotros como Moisés, debemos cultivar la ciencia de comunicarnos con Dios. Debemos practicar estar en su presencia y en silencio de la cámara cerrada.Cuando nos arrodillamos en humildad y en busca de su dirección
MARANATA.
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Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren por mi salud y por este proyecto . Sal. 62: 7 Sal. 62: 7

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