viernes, 8 de junio de 2018

JESÚS ME LLAMA.

No quiero decir ya haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. Filipenses 3:12, (Dios habla hoy).

Pablo con amor que le caracteriza reprende a los filipenses, y por ende a nosotros. Pablo se esta refiriendo a su vida cristiana hasta ese momento, y reconoce que aún no se había cumplido los sagrados deseos expresados en Filipenses 3:9-10. 

El problema de los Filipenses era su gran orgullo que perturbaba a Pablo y a la unidad de la iglesia. Este es un mal que por desgracia existe en muchas iglesias de hoy día. 

Pablo tenía la confianza de que la iglesia cambiara, pero la “fe la depositaba en Jesús” Pablo confiaba de que pronto el Señor dirigiría los sucesos de la iglesia. Pablo reconoce que no es perfecto. O “que ya haya sido perfeccionado”. 

En Romanos 7:15-24 Pablo reconoce que es “¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? 

La respuesta se encuentra en Cristo. Cuando un pecador que es movido por el Espíritu Santo, y ve su triste condición, ve que su carga de pecado lo abruma. 

El pecador se esfuerza y lucha contra sus tendencias pecaminosas y termina su lucha en un gran fracaso. Es cuando se da cuenta que solo Cristo puede darle la fuerza para vencer sus tendencias pecaminosas. 

Pablo les dice a los Filipense, “¡Yo me vi así!” Pero prosigo para ver si logro o alcanzar el blanco. Es posible que algún cristiano se aparte de la fe, pero el Espíritu Santo insiste en la persona para que vuelva al camino ya iniciado. 

Esta es la gran obra del Espíritu Santo en nosotros. Pablo admite la posibilidad de no alcanzar la menta o la Salvación. Pablo dice: Fui también asido. 

O “fui alcanzado”, Pablo nos dice que en el momento de su conversión, Cristo lo había asido con un propósito, y el apóstol estaba determinado a cumplir ese designio aferrándose aquello para lo cual Cristo lo había tomado. 

El deber del cristiano es proseguir siempre en la carrera cristiana, porque este es el propósito para el cual lo llamó Cristo. 

Dios tomó a Saúl, el hijo de Cis, y también al joven rico, pero ellos no prosiguieron para alcanzar la meta a la cual habían sido llamados. 

No dejaron que el Espíritu Santo trabajaran en ellos. La gran pregunta es: Tú y yo, dejaremos trabajar al espíritu Santo en nuestras vidas, para que seamos transformados en Cristo Jesús. 

Esa respuesta esta en tu corazón, y la de veras responde a Jesús que lo dio todo por ti y por mi.Jesucristo puede elevar a su pueblo tan poderosamente por el impacto de una buena relación.
MARANATA.
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