martes, 20 de diciembre de 2016

LA ERA DE LAS PRISAS.


Aguarda a Jehová; esfuérzate y aliéntate tu corazón; sí espera a Jehová. Sal. 27:14
Vivimos en un mundo acelerado, todos tienen prisa por llegar a un destino que no conduce a nada. Corremos de un extremos del país al otro en nuestros coches veloces. 
En el espacio mandamos grandes telescopios que van a lo desconocido. Mandamos hombres al espacio en naves que rodean la tierra a una velocidad 16 veces mayor a la del planeta en su rotación. En los negocios, uno corre para adelantarse a sus compañeros y el jefe lo vea. 
Los periodistas se apresuran para entregar sus últimas noticias. Los clientes corren y aprovechan las rebajas para hacer la última compra. Todos corremos hacia alguna parte. . . menos hacia la iglesia hay vamos más lentos, por el agotamiento de la semana. 
Y la continua tensión del apresuramiento produce úlceras, hipertensión, ataques cardíacos, accidentes de trafico, para que las ambulancia nos lleve corriendo al hospital. Sólo en la muerte vamos más despacio. 
Pero si salimos del problema y mientras nos recuperamos, comprendemos que el apresuramiento nos ha privado de las bendiciones de Dios. Demasiados de nosotros hemos dedicado poco tiempo para conocer a Dios. 
¡Si tan sólo hubiéramos cultivado más la paciencia! ¡Si tan sólo hubiéramos dedicado más tiempo al estudio de la Palabra de Dios, a hablarle más a menudo cada día, para escuchar su voz, cuánto más felices seríamos todos los hijos de Dios! 
Nos preguntamos por qué tenemos problemas. Nos preguntamos por qué tantas veces ofendemos a Dios. Nos preguntamos por qué cedemos a la tentaciones cuando deberíamos estar en condiciones de vencer. La respuesta es obvia. NO HEMOS APRENDIDO A ESPERAR A JEHOVA.
Nos beneficiaría mucho “a todos” a pesar de estar muchos años en la iglesia, pasar la experiencia de David. Quien oro con amargura de corazón: “Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tu eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día” Sal. 25:5). 
En mis viajes por este mundo e aprendido lecciones de muchos hombre y mujeres que adoran a Dios de diversas formas. Y una de ellas es la paciencia y la meditación en las cosas de Dios. Sus cultos no son apresurados, y sus vida religiosas tienen el primer lugar en sus vidas. 
El Corán enseña que “el apresuramiento es del diablo”. “Hay quienes se hacen ricos, y no tienen nada; Y hay quienes se hacen pobres, y tienen muchas riquezas”. Y B. Franklin dijo: “El fraude y el engaño están siempre de prisa. 
Hay que dedicar a cada coso su tiempo que precisa. Salomón dijo: Hay tiempo para vivir. . (Ecl. 3:1-8). Satanás o el Diablo quiere que hagamos todo deprisa, especial mente el estudio de la palabra de Dios, incluso dejarlo para última hora. (Isa.20:18). Esperemos a Dios.
Maranata
Luis José de Madariaga.
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La Biblia a través del tiempo.
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