lunes, 23 de junio de 2014

¿PUEDE VER EL HOMBRE LA GLORIA DE DIOS


El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y será clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me vera hombre, y vivirá. Exo. 33:18-20.

Ver a Dios ha sido el deseo de todo verdadero siervo del Señor. Moisés anhelaba tener aún más evidencias del favor divino, fue el primer hombre que expresó la gran pregunta. Verdad es, que Moisés estuvo en repetidas ocasiones en la presencia de Dios. Pero el hecho de emprender la tarea más difícil de su vida, le hacia sentir la necesidad de una comunión más intima con Dios. 

 Jacob, después de luchar toda la noche con el ángel dijo: “Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma [y mi vida ha sido preservada]”
(Gén. 32:30). Pero ciertamente la gloria del Señor fue velada en el caso de Jacob. Si tal no hubiera sido el caso, éste no hubiera tenido la menor fuerza y relevancia para oponer resistencia.
No hace mucho un mortal vio a Jesús y la gloria que rodea, Juan en Visión vio al Hijo del Hombre, ha Cristo (Apoc. 1:13-18), rodeado de sus de su gloria con sus ángeles. Deberíamos pensar en ese día cuando tú y yo veremos cara a cara al Padre y a Jesús.

Yo me pregunto: ¿No es Dios, Dios de vivos? ¿No es poderoso Dios para dar una visión a una persona, y esta contemplar su rostro? Luego si lo creemos, debemos de demostrar fe en Dios.

El 14 de Mayo de 1.851 dice: E.G.W. Vi la hermosura y la amabilidad de Jesús. Al contemplar su gloria no se me ocurrió pensar que pudiera verme separada alguna vez de su presencia. Vi una luz proveniente de la gloria que circuía al Padre, y cuando se me acercó la luz, se estremeció mi cuerpo y temblé como una hoja. 

 Creí que si llegaba a mí perdería la existencia: pero la luz pasó de largo. Tuve entonces una noción del grande y terrible Dios con quien hemos de tratar. Comprendí cuán débil idea tienen algunos de la santidad de Dios, y cuán a menudo toma su santo y venerable nombre en vano, sin advertir que hablan de Dios, del grande y terrible Dios. Mientras oran, muchos emplean expresiones irreverentes y descuidadas que agravian al tierno Espíritu del Señor e influyen para que sus peticiones no lleguen al cielo” (PE. p. 70).

Si pudiéramos comprender la grandeza de Dios y su majestad, cesarían todas nuestras discusiones acerca de la moda, de la musica y las recreaciones. Todo pensamiento que tendiera a invalidar su Santa Ley sería doloroso. La vida rastrera desaparecería para ceder lugar a elevados conceptos y nobles pensamientos y objetivos. 

Incluso oraciones sería elevadas. Ciertamente Dios es un amigo, es esplendoroso, es grandioso y soberano, debemos ha cercanos a él y comprobaremos personal mente que es muy diferente a un amigo terrenal. 

Yo en mi pasado solo he tenido un amigo, en todos los sentidos de la palabra, que estaba dispuesto a dar su vida por mi, hoy en pleno siglo XXI, he encontrado al mejor amigo de mi vida, hablo con él, le cuento mis problemas, él me escucha y me aconseja, y me ayuda, tengo plena confianza en él. Ese es mi Jesús. Y sinceramente no quiero dejarlo. Tú ¿quieres ser amigo de Jesús? ¡Prueba lo! Y veras que encontraras la paz que nunca tuvisteis.
Maranata.
http:/juadaislacris.blogspot.com
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la Biblia a través del tiempo.

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