domingo, 22 de junio de 2014

ESCLAVOS DE CRISTO


Aun que no soy esclavo de nadie, me he hecho esclavo de todos, para ganar más personas para Cristo. . . Hago todo esto por causa del mensaje de salvación, para tener parte en los bienes que este mensaje trae. 1ª Cor. 9:19,23. versión Popular.

La esclavitud era una institución muy extendida en el imperio Romano, y más en los tiempos de Jesús cuando vino para liberar
a los hombre de su esclavitud. Pablo vuelve al tema del capitulo 8:9-13. 
Afirma que no permitirá que su libertad se convierta en una piedra de tropiezo para los débiles. Pablo también emplea la esclavitud para ilustrar magníficamente la relación que debe existir entre el cristiano y su Señor. El apóstol se gloría por ser siervo de Jesucristo y luego añade que por ellos se ha hecho esclavo de todos a fin de ganar a tanto como le sea posible.
Pedro usa el mismo argumento al presentar la metáfora del esclavo liberado: Sabéis que fuisteis rescatados. . . no con cosa corruptibles . . . sino con la sangre preciosa de Cristo” (1º Ped. 1:18,19). Luego dice que quienes no sirven finalmente a Dios son apóstatas que niegan “al Señor que los rescató” (2º Ped. 2:1). 

Los apóstoles sabían perfectamente el significado de ser esclavo. El esclavo era propiedad absoluta de su señor. No tenia ningún derecho el esclavo, ningún privilegio ni podía apelar a la ley del derecho romano. En otras palabras, era un cero a la izquierda. 

Yo me pregunto: ¿Cuantos esclavos hay en el pueblo de Dios? ¿Esclavos de la moda? ¿Esclavos del café? ¿Esclavos de la joyas? ¿tal vez del cine? Pueda ser de un vicio secreto.
Tu y yo somos esclavos del Señor al que servimos. Ser esclavo es la situación más horrible en la que podía hallarse un ser humano.  

La tortura física y mental, la total falta de esperanza era su suerte para estos hombre de la época de Pablo. Pero ¿no lo es hoy día? Notemos que Pablo usa la palabra deliberadamente (doulos) -esclavo o siervo- para describir la relación que debe existir entre el cristiano y Jesucristo. 

 Los cristianos de antaño entendían claramente el significado de Pablo. El que quiera confesar a Cristo debe tener a Cristo en sí. (foto. Pablo predica a los de Corintios, hombres libres y esclavos).

No puede comunicar ningún cristiano algo que no ha recibido. Los discípulos podían hablar fácilmente de las doctrinas, podían repetir las palabras de Cristo mismo; pero a menos que poseyeran una mansedumbre y un amor como los de Cristo, no les estaba confesando. 

Un espíritu contrario al espíritu de Cristo le negaría cualquiera que fuese la profesión de fe. (D.T.G. P.324). Pero nuestro nuevo Amo nos ofrece la esperanza de poder testificar por él como los apóstoles. Unas de las grandes paradojas del Evangelio es la preciosa verdad de que la esclavitud en Cristo es la forma más pura de libertad como se puede ganar al ser humano.
Maranata.
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la Biblia a través del tiempo.

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