jueves, 26 de junio de 2014

LA PAGA DEL PECADO ES MUERTE


Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 6:23.

Santiago en su capitulo cinco trata de los pobres obreros y de los ricos. El contexto inmediato implica que los “ricos” son ejemplos notables de quienes tienen muchas oportunidades para hacer el bien, pero evitan en hacerlo. Pueden ser o no miembros de Iglesia. 

Santiago presenta la condición de los “ricos” en su debida perspectiva para que no los envidien los miembros de la iglesia que sufren necesidades por falta de ropa, comida, o no tienen lo suficiente para pagar el piso (apartamento) y están afligidos por la pobreza.

En pleno siglo XXI hay quien piensan que los sindicatos y los gremios están organizados para sacar al hombre de la miseria. Todos los creyentes saben que esto no es cierto, ya que estos gremios y sindicatos llevaran al pueblo de Dios a la ruina, solo miran sus interese egoísta.

Santiago sigue diciendo: Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros. Esta herrumbre que indica que no se han usado las posesiones para hacer el bien, será una clara evidencia contra los “ricos” en el día del juicio. Cuando vemos que un salario es de 600 E, al mes y que un congresista esta cobrando al mes 8000 E. o mas, es una injusticia social. Parece que en verdad está sucediendo lo que profetizo el apóstol Santiago. ¿Hasta dónde llegaremos?

Lo que sí nos deja en claro nuestro texto es que hay por lo menos un salario fijo para algunos países y otro salario para otros países e independiente de la inflación o las presiones de los gremios: esto es la consecuencia del pecado.

 Los trabajadores afirman que el alza de los sueldos es imprescindible debido al precio elevado de los bienes y servicios. Los empresarios, por otra parte, sostiene que los costos deben aumentar debido a las demandas salariales. 

Ambas partes presentan estadísticas impresionantes para sostener sus argumentos y justificar sus actitudes. Es como el perro que se quiere morder la cola. Nunca lo logra. Resulta muy interesante verificar que mientras las constantes devaluaciones han debilitado el dinero circulante de la tierra, la moneda celestial, con la que Dios paga la deuda del pecado, ha mantenido su alto e inalterable poder adquisitivo.
  
Sabiendo que fuisteis rescatado de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestro padres, no cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1ª Pedro 1:18,19).

Ya que el pecado esta en todas partes incluso en la iglesia, hombre que explotan y se enriquecen a costa de sus hermanos, se verán en situaciones de pobreza; ya que en esta vida todo se paga.
El mundo gira al rededor del mercado de valores y de las bolsa, el capital sube y baja, estas dos cosas permanecerán hasta la venida de Jesús inmutables: el precio del pecado y lo que Dios ofrece para pagarlo.

 ¡Gracias, Señor, porque tu amor no ha sido afectado por la inflación! Me entristezco cuando veo que hay 2.000 millones de seres humanos, que no han aceptado la sangre derramada en la cruz por el pecado. No acepta a Cristo como su salvador. El precio máximo pagado por el hombre es demasiado elevado, no hay hombre en la tierra que pueda pagar un precio tan alto por su libertad.
Promesa.
Cada día trae tus cargas, tus cuidados y perplejidades; y cuan listos estamos para hablar de esto cuando nos encontremos uno con otros. 

Nos acosan tantas penas imaginarias, cultivamos tantos temores y expresamos tal peso de ansiedades, que cualquiera podría suponer que no tenemos un Salvador poderoso y misericordioso, dispuesto a oír todas nuestras peticiones y a ser nuestro protector constante en cada hora de necesidad. (CC.121).
Maranata.
http:/juadaislacris.blogspot.com
http://segunda venida apocalíptica. blogspot.Com
la Biblia a través del tiempo.

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