sábado, 14 de junio de 2014

LA GUERRA ENTRE DOS MUNDOS


Gracias doy a Dios, por Jesucristo señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, más con la carne a la ley del pecado. Romanos 7:26.

He aquí un conflicto, un choque entre dos fuerzas antagónica y irreconciliables. El texto describe dos conceptos. Vemos a una persona dividida a un hombre que esta constantemente en guerra, no con otros hombres ¡No! Sino con sigo mismo. Se trata de una inmejorable autobiografía, porque créase o no el hombre descripto no es otro que el mismo gran apóstol. No resulta fácil pensar en el apóstol Pablo interviniendo en una guerra sin cuartel.



La otra evidencia textual (cf.p.10) se inclina por el texto “gracias a Dios” Pablo no da una respuesta directa a su pregunta: “¿Quién me librará?” Tampoco dice por qué da gracias a Dios; pero sí está claramente indicado por el contexto. Lo que ni la ley ni la conciencia puede hacer, ni la fuerza humana sin recibir ayuda puede hacer, puede alcanzarse por el plan del Evangelio.


Si piensas que estas palabras exponen el caso con exagerado vigor, debes prestar atención a lo que se nos dice de Pablo en T.S. t. 3 p. 299: “Su voluntad y sus deseos estaban cada día en conflicto con la voluntad de Dios. En vez de seguir sus inclinaciones, hacía la voluntad de Dios, por desagradable y penosa que esa cruz fuese para su naturaleza”.

Pablo era un brillante erudito. Como joven resuelto,vivió “conforme a la más rigurosa secta” de los fariseos (Hech. 26:5). Pocos lo igualaba en instrucción y celo. Desarrolló un odio fanático hacia los cristianos y, aunque tuvo una notable conversión, aún había en su vida un largo camino de santificación y crecimiento cristiano que debía completar.

Estoy convencido de que Pablo supo por propia experiencia en la lucha que cada uno debemos de enfrentar, especialmente la persona reflexiva y de mente aguda, para llevar “cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. Era el más osado de los pensadores; sin embargo, dejó todo sus pensamientos a los pies de Jesús. Este era el concepto que tenía Pablo de la libertad intelectual: La libertad en Cristo.



El apóstol logró la victoria más poderosa de todas cuando, mediante la influencia del Espíritu Santo, derribó las fortalezas y ciudades del falso razonamiento y las impuras imaginaciones engañosas que pervierten la mente. Esto exige coraje y capacidad, y dependencia absoluta de la gracia de Dios.


Hoy es el día oportuno para que tu y yo utilicemos estas armas proporcionadas por Dios a fin de logra la subyugación de nuestra naturaleza y someterla por completo a la voluntad de nuestro Salvador, Jesucristo. Quede anotado este día en el registro de nuestras vidas como el de la victoria más grande en la batalla más grande contra Satanás.
Promesa.

Hay siempre ángeles presentes donde más se necesite, con aquellos que tienen que pelear la batalla más dura contra el yo, y cuyo ambiente es más desalentador” (HH. 37).

Maranata.

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la Biblia a través del tiempo.

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