¿TENEMOS LA FE A LA ALTURA DE CRISTO?.

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gal. 2:20
Por naturaleza el hombre o en su mayoría son escépticos en cuanto tener fe en Cristo. Medio mundo cree en Dios, pero eso no vasta. Todos creemos en algo, sea bueno o malo. 

Pero no es lo suficiente, los Judíos creen en Dios, pero no en Cristo, luego su fe es vana. Los Musulmanes creen en Dios, y no aceptan Jesús como su salvador, y así podríamos hacer una lista interminable. 

Para creer en Cristo hay que aceptar la expiación proporcionada por su muerte en la cruz. Cosa que muchos hombres y mujeres no lo aceptan. 
Podemos nombrar hombres que tuvieron una fe inquebrantable en Cristo antes de su muerte. Hombres de fe:Abraham, Job, Moisés, Elías, José, y así un largo ezetera. 

En este blog ya hemos explicado que es fe. Para el creyente es morir al pecado, al mundo, y a los métodos ideados por el hombre para la salvación y al mismo tiempo para ser justificados por Dios. Los Judíos dicen: “si guardo la ley ya soy salvo, porque desciendo de Abraham. 

 El hombre tiene que morir en algunas cosas, y para otras estar vivo. Sólo hay que mirar hacia atrás en el tiempo. 

Hombres y mujeres que dieron su vida por su fe y dejaron todo por Cristo. Pero el mejor ejemplo que hay en la humanidad de verdadera fe, es Cristo y El ladrón. 

Cristo habló de su relación con la divinidad: “Nada hago por mí mismo, sino que hago la voluntad del Padre. Porque el que me envío, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, yo hago siempre lo que le agrada” (Juan 8:28-29). 

El ladrón no tuvo oportunidad de demostrar la fe, pero las evidencias que él estaba viendo confirmaba su fe en el Hijo de Dios. Era una fe genuina. Hoy vivimos en un mundo materialista, donde a Dios se le deja en un rincón. 

Pero un buen día, nuestra vida se va yendo y de repente nos acordamos de Cristo o de otro santo. “Demasiado tarde.” La vida de Pablo era intensa antes de conocer a Cristo, y una vez que su corazón fue quebrantado por el amor de Cristo, su actividad no disminuyo. 

El secreto del cristiano es vivir en Cristo, oh Cristo en nosotros, a la vista de todos, la misma vida perfecta que él vivió en la tierra. Si el amor de Cristo nos constriñe, la justicia de Cristo llega a ser una realidad en nuestras vidas (2º Cor.5:14; y Rom.5:3-4). 

La fe se demuestra andando por el camino de la vida, dando el ejemplo que él dio. Nuestros hechos, y nuestras palabras deven estar en armonía con su palabra, sí así no fuera, tú y yo no somos lo que decimos ser.
MARANATA
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