Pablo escribe la condición del que ha sido justificado por la fe en Cristo. El que ha llegado a ser cristiano, no de nombre sino de verdad.
Y tales cristianos es lo que
quiere Dios. Puede ser una declaración osada. Pero para Pablo el
factor decisivo es la fe, que de alguna manera el hombre la
distorsiona.
Algunos eruditos dicen: que la fe se manifiesta en la
adoración y en los ritos a las imágenes de talla, oro, de piedra
etc. dicen que protegen nuestra propia imagen y defiende nuestra
propias estima.
Pero aun entre las religiones de este mundo hay
personas que siendo de diferentes religiones, tienen fe en Dios. Y el
factor decisivo es la fe.
Cierto es que la fe tiene o produce “obras”; pero no “las obras de la ley” (cap. 2:16);
por lo tanto se excluyen todas las “obras” hechas con el propósito de ganar la justificación, dicho de otra manera: ganar los méritos para ir al cielo para ellos eso es fe.
Dios conoce nuestras
necesidades, él quiere suplirlas, pero de todos modos debemos pedir
su ayuda con fe.
Las “obras” que acompaña a la fe genuina son inspiradas debido al sentimiento de aprecio por el don de la gracia divina, por el amor de Dios y a nuestro prójimo ( Gal. 5:14; Mat. 22:34-40).
Santiago recalca este sentir cuando declara: “la fe sin
obras es muerta” (Sant. 2:26; cf.4:17).En este punto concuerda las
enseñanza de Pablo y Santiago. Las dos no están en conflicto. La fe
que no produce “el fruto del Espíritu” en la vida es una
falsificación según (Gál. 5: 22-23).
que esta eximida de hacer la
voluntad de Dios expuesta en Exodo 20, es un compendio de cómo se
debe expresar el amor de Dios y al hombre, es una falsificación de
esa fe. Una profesión de amor es pura hipocresía si no hay
obediencia.
La obediencia al deber conocido es el resultado
inevitable de la justificación que proviene de la fe y es la prueba
suprema de que esa justificación es genuina Pablo dice que por el
amor;
el amor de Dios y al hombre es el Espíritu que impulsa al hombre hacer estas “obras” que acompaña la fe.
el amor de Dios y al hombre es el Espíritu que impulsa al hombre hacer estas “obras” que acompaña la fe.
Santiago dice:
“Te mostré mi fe por mis obras” (Sat. 2:18). Tenemos ina imagen
muy pobre de la fe porque es muy raro verla.
Mucha gente habla de la fe como si fuera una opinión -que uno mismo genera- sobre algo de lo cual no puede estar seguro, pero que le justaría mucho creer.
Mucha gente habla de la fe como si fuera una opinión -que uno mismo genera- sobre algo de lo cual no puede estar seguro, pero que le justaría mucho creer.
“Por
la fe entendemos que los cielos fueron hechos por la palabra”
(Heb.11:3) Pero muchos niegan este hecho. La fe debe ser puesta en
ación.
MARANATA.
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