¿SE PUEDE MENTIR AL ESPIRITU SANTO?

Y dijo Pedro:Ananías, ¿por qué lleno Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeras del precio de la heredad? Hech.5:3.

Hay un himno que siempre me ha gustado y que hoy día lo oigo muy poco. 

“Todo rindo a ti”. Muchas veces lo cantamos pero no comprendemos su significad, y si lo sabemos lo pasamos por alto. 

No rendimos a Dios todo nuestros intelecto, y nuestra actitudes. “Porque si lo pensamos bien, Cristo ya habría venido, y nosotros todos sus hijos estaríamos con Cristo. 

Hay jóvenes que entrega a Cristo lo poco que tienen, y al pasar su vida comprueban que Dios nunca les a abandonado, son más ricos que antes. 

En nuestro testo son enseña una gran lección. La mentira contra el Espíritu Santo, tiene consecuencias muy graves. 

Pedro esta señalando el origen del mal, nosotros tenemos el don de discernir (1º Cor. 2:14; 12:10). 

Preciosa joya es la sabiduría y la verdad, que son de más alto valor para los humildes y dóciles que creen en Cristo, 

pero son necedad para los sabios de este mundo. La fidelidad a Dios es de más valor que el oro y oro afinado. 

Pero la verdad, la verdad eterna, siempre está presente con el verdadero creyente. El Espíritu es el instructor asignado para un alma tal, su guía, su continua fortaleza y rectitud (MS 29.1899). No importa que edad tenga uno, lo importante es la entrega al Espíritu Santo. 

Ananías y Safira no sabemos cuantos vienes poseían, pero la primera decisión de dar todo al Señor, sebino abajo cuando vieron los beneficios que obtuvieron. Es muy fácil para Satanás entrar en la mente del hombre y controlar sus decisiones, si estas son para ayudar a la causa de Dios. 

El Espíritu Santo obra en nosotros si lo dejamos, en este caso ellos rechazaron el Espíritu Santo. Las consecuencias fueron fatales. Habían mentido a Dios. Dios no les había requerido que diesen todo el valor de su propiedad; ésa había sido su propia decisión. 

Fue una actitud engañosa, pero revelaron con horror que su corazón estaba lejos de Dios. Nosotros podemos estar en una situación similar, cuando nos consagramos a Dios y después lo abandonamos. 

Vivimos en un mundo muy materialista, tenemos demasiadas cosas, dedicamos demasiado tiempo a nuestros propios intereses. Y dejamos la obra de Dios para el último momento. 

De una forma muy parecida a la de Ananías y Safira, nos estamos engañando a nosotros mismos, y por ende a los de más. “Debemos rendir todo a Cristo”, pero lo cierto es que no podemos mentir a Dios. 

El poder del cristiano es la oración, es el arma de doble filo que el cristiano puede usar constantemente. 

MARANATA.

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